El día era sencillamente perfecto. El tiempo decidió aliarse con Mota del Cuervo y sus vecinos para hacer de la tradicional traída de la Virgen de Manjavacas todo un espectáculo para la vista.
Desde muy temprano y poco a poco, corredores y fieles iban llegando hasta la Ermita de Manjavacas para degustar el tradicional chocolate con torta y asistir a la Santa Misa, oficiada a las 7 de la mañana por el párroco de la localidad, José Luís Benito Huete.
Los nervios y la emoción comenzaban a sentirse entre las cientos de personas que se congregaban para ver salir a su patrona bajo los acordes del himno nacional. Una procesión acompañada por la Banda de Música de la Asociación Musical Moteña hasta llegar al hito, momento en el que la imagen es tapada con su manto y sale veloz hacia el pocillo, acompañada por niños, jóvenes y mayores que a la carrera recorrieron 7 kilómetros bajo los gritos de “Viva la Virgen de Manjavacas” y “Viva sus santísimo hijo”.
A su paso, toda una carava de tractores repletos de pequeños y mayores, carruajes tirados por exuberantes caballos y viandantes que asentados en los laterales de la calzada animaban y disfrutaban de tan particular tradición. Una vez en el pocillo, la virgen fue destapada para continuar en procesión hasta la iglesia parroquial San Miguel Arcángel, donde nuevamente fue recibida con mucho respeto, alegría y devoción.
ISABEL ZARCO