Antes de ingerir una comida debemos tener en cuenta que las altas temperaturas de algunas zonas multiplican el número de bacterias y también, que las manos de muchos profesionales, no lavadas correctamente, pueden transmitir elementos dañinos a los alimentos.
La Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales aconseja consumir fruta pelada por uno mismo y con cubiertos limpios. Además es mejor no comer verduras si no están bien cocinadas y evitar ensaladas. Tampoco es recomendable comer carne o pescado que no esté frito o cocido.
Respecto al pescado es mejor no consumirlo, ni de mar ni de río, en algunos países tropicales, sin consultar antes a expertos de la zona ya que pueden contener toxinas aunque estén bien cocinados.
También es aconsejable no ingerir alimentos como salsas, cremas de repostería, huevos poco hechos, helados o cualquier tipo de plato que esté en un bufé a la intemperie.
La leche y sus derivados no deben comerse sin higienizar, es decir sin esterilizar o pasteurizar, y sobre todo, deben estar conservados adecuadamente antes de tomarlos.
Agua durante el viaje
Muchas enfermedades, como por ejemplo la “diarrea del viajero”, se transmiten por el agua o bebidas contaminadas. Aunque es recomendable beber mucho líquido cuando hay altas temperaturas, debemos asegurarnos que cumplen con las garantías de potabilidad y que es agua limpia o higiénica.
La Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales recomienda beber agua hervida o mineral, bebidas calientes, refrescos o zumos embotellados y preferiblemente con gas o carbonatados. Es aconsejable evitar los hielos, no lavarse los dientes con agua del grifo si nos es potable y que los envases con bebidas se abran en nuestra presencia.