Tres de los investigadores que han participado en este proyecto, Francisco Ortega, de la UNED; José Luis Sanz de la UAM y Fabien Knoll del CSIC, han sido los encargados de explicar los detalles de la investigación que recoge hoy la revista científica Plos One.
El ejemplar que se halló en Lo Hueco es un fragmento de cráneo que probablemente pertenece a una nueva especie de titanosaurio y que presenta semejanzas con un animal coetáneo del registro francés, denominado Ampelosaurus. El fósil conquense pertenece a un animal del grupo de los saurópodos, dinosaurios de gran tamaño que llegaron a colonizar amplias extensiones durante el Mesozoico.
La aplicación de técnicas de tomografía computerizada y reconstrucción 3D por parte de Investigadores de UNED, CSIC, UAM y la Universidad de Ohio ha permitido acceder a la anatomía craneal del dinosaurio de hace 70 millones de este año.
El proyecto ha permitido estudiar las cavidades que alojan el cerebro, los oídos y los pasajes de los nervios craneales, lo que permite reconocer la forma de los órganos que contenían e inferir algunos aspectos de su función.
Tal y como se ha puesto de relieve por parte de los investigadores, el cerebro de este animal alcanzaría unos ocho centímetros de longitud, un tamaño proporcionalmente pequeño para un animal que podría haber llegado a medir hasta 15 metros de largo. Además el análisis demuestra que el cerebro de estos últimos saurópodos presenta un escaso desarrollo, ya que se conocen morfologías más complejas en el cerebro de algunos antepasados de estos titanosaurios.
La investigación ha permitido además conocer el pequeño tamaño del oído interno, “esto podría indicar que el saurópodos de Lo Hueco no estaría especialmente preparado para mover rápidamente ni los ojos, ni la cabeza, ni el cuello”, lo que implicaría que era un animal relativamente lento y poco ágil.
Durante la presentación de la investigación se ha puesto de manifiesto la importancia del yacimiento de “Lo Hueco”, descubierto en el año 2007 en Fuentes con motivo de las obras que se estaban ejecutando del AVE Madrid-Levante.
Los restos hallados en el yacimiento contienen abundante información de un ecosistema con dinosaurios del Cretácico Superior, hace unos 70 millones de años. Las labores de excavación y extracción permitieron recuperar una de las mayores colecciones de huesos disponible en Europa en la que, por primera vez se disponía de abundantes restos esqueléticos articulados y material craneal asociado de saurópodos titanosaurios.