Este día se trata de un día más para seguir luchando contra el sistema económico neoliberal, un modelo económico que está en crisis y sólo responde imponiendo medidas para hundir a toda la ciudadanía, y en especial a la clase trabajadora, con el fin de maximizar los beneficios de los grandes capitales y mantener su status quo.
Dicho modelo económico está blindado precisamente por la Constitución de 1978 que ahora se conmemora. Una Constitución que, en el verano de 2011, con nocturnidad y alevosía, fue modificada en su artículo 135 dando prioridad al pago de la deuda privada frente al gasto público en educación, sanidad y seguridad social. Una modificación pactada entre los dos principales partidos del régimen al servicio de la troika, PP y PSOE.
Siendo este su más reciente problema, no es el único. Esta Constitución que tan fácilmente se reforma cuando se quiere, no fue votada por la mayoría de la población española: todas aquellas personas que nacieron después de 1957 no pudieron votarla, todos los menores de 56 años no pudieron votar esta Constitución ni han podido nunca opinar sobre ella. No en vano los grandes pensadores de la Ilustración afirmaban que una generación no puede imponer su sistema político a la siguiente. Han conseguido que la Constitución quede obsoleta, sustentando privilegios caducos como una monarquía corrupta y heredera del franquismo.
Treinta y cinco años de jurisprudencia haciendo primar unos artículos sobre otros tampoco son baladíes. Desde el comienzo de la crisis se han registrado más de 400.000 ejecuciones hipotecarias de las que la mayoría han acabado en desahucio. Todo ello a pesar de que el artículo 47 de la Constitución garantiza una vivienda digna y adecuada a todos los españoles. Por otro lado, el artículo 27 establece que toda la población tiene derecho a una educación gratuita, mientras vemos cómo aumentan las tasas de matriculación en todos los niveles educativos, se elimina la gratuidad de los libros de texto por parte de la Junta de Comunidades y se expulsa al alumnado rural de bachillerato del transporte escolar a no ser que lo paguen de su bolsillo, mientras se cierran las escuelas de sus pueblos.
Esta Constitución no hace sino mantener los privilegios de las élites económicas, abriendo el espacio público para que continúen con su negocio. Por ello Izquierda Unida de Cuenca denuncia la actual crisis de régimen en la que vivimos, evidenciada por la tramitación de la llamada “Ley Anti-protesta”, signo de la descomposición del actual régimen y de su Constitución. Y hacemos un llamamiento a la sociedad para luchar por la apertura de un proceso constituyente transparente y participativo, elaborado por toda la ciudadanía, que nos lleve hacia la III República. Una nueva constitución republicana que se niegue al pago de la deuda ilegítima como la que asfixia a nuestro Ayuntamiento, que defienda la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres y que garantice los servicios públicos universales como la sanidad y la educación.
Apostamos, pues, por una auténtica democracia. El 6 de diciembre no tenemos nada que celebrar.
IU Cuenca
Si (
No(
