“Las cifras son demoledoras”, dijo Lucía Garrido, para quien “si 52 personas en un año, como el pasado, o 700 en una década, hubieran muerto de una misteriosa epidemia todas las alarmas se hubieran disparado”.
“Muchas personas se preguntan por qué pegan, aterrorizan o matan a las mujeres. La respuesta es sencilla: porque no las quieren”, afirmó rotundamente la responsable sindical. Y profundizó más: “El agresor piensa que la mujer es de su propiedad, porque no es nada, porque no vale nada, porque, en definitiva, no siente nada por ella. También podría ser porque su ignorancia, arrogancia, insolencia, vanidad y cobardía les empuja a demostrar lo que son, terroristas asesinos sin escrúpulos que no merecen más sentencia que unos barrotes por condena”, sentenció.
“Tenemos la obligación de involucrarnos en un problema antiguo que tiene alcance público, donde deben estar implicadas las administraciones, aportando medios jurídicos, técnicos y económicos, los medios de comunicación contribuyendo en la difusión y en la labor didáctica a sus oyentes, lectores o telespectadores, y finalmente la sociedad, como primer y último reducto educativo y sensible para mantener una ciudadanía más sana y desarrollada”, expresó Lucía Garrido.