El 30 de noviembre es el Día de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Aunque la bulimia y anorexia, entre otros transtornos relacionados con la alimentación, afectan cada vez a más personas, muchas de ellas jóvenes, los recursos especializados públicos en la provincia de Cuenca se encuentran en retroceso. Hay varias plazas de psiquiatría y de psicología sin cubrir, pendientes de concursos de traslado, a la par que el Hospital carece de plazas de Psicólogo Interno Residente (PIR).
En AFEBAC, asociación de familiares y personas afectadas, llevamos dieciocho años trabajando para que se ofrezca una atención digna a quienes sufren este tipo de patologías. Durante el año 2022, hemos informado y asesorado a 36 personas nuevas, mientras que hemos proporcionado tratamiento psicológico individual a 40 personas a través de más de quinientas citas. El promedio de trece citas por persona nos pone en aviso de la intensidad protectora que requieren las personas afectadas por TAC.
También hemos proporcionado apoyo psicológico a 25 familias, con un promedio de cuatro citas por familia, y algunos tratamientos sobre nutrición. Y todo esto con una mínima y precaria dotación de personal -una psicóloga con dedicación de treinta horas a la semana y un psicólogo con quince horas-. Atención que realizamos desde una pequeña asociación con dificultades de financiación y atrapada en los exigentes requisitos administrativos para acceder a subvenciones que inexorablemente se abonan con mucho retraso.
La atención a los TCA está recogida en la Cartera común básica de servicios asistenciales del Sistema Nacional de Salud. En nuestra región, el punto cinco del Plan de Salud Mental 2018/2025 del SESCAM incluye la atención a los trastornos de conducta alimentaria en particular (anorexia/bulimia), comprendiendo el tratamiento ambulatorio, las intervenciones psicoterapéuticas en hospital de día, la hospitalización cuando se precise y el refuerzo de las conductas saludables. Es un derecho que corresponde a las personas que viven en Cuenca.
Pero para poder ejercer este derecho de forma efectiva -y no solo sobre el papel- es necesario que se haga efectivo el compromiso adquirido de una Unidad de TCA en el nuevo hospital de Cuenca. En tanto esto llega, que se refuercen las plantillas para poder prestar una atención de calidad a las personas afectadas que vaya desde la atención en consulta hasta el ingreso hospitalario, en los casos necesarios, pasando por el desarrollo de las intervenciones psicoterapéuticas en el hospital de día, terapia intermedia tan necesaria para la correcta evolución de las personas afectadas y que a día de hoy no está funcionando. Hoy en día la Salud Mental es una emergencia.
También es importante tener en cuenta actuar de forma preventiva, de forma que las personas afectadas sean derivadas para conseguir un tratamiento incluido en la cartera de servicios del SESCAM antes de que la situación sea grave, como está ocurriendo ahora. Incluso si fuera necesario, a un servicio externalizado. En esta línea, sería de gran ayuda que las personas afectadas y/o sus familias puedan solicitar el reintegro de los gastos derivados de tratamientos que no les está prestando por el SESCAM, teniendo derecho a ellos.