El delegado provincial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Rodrigo Fernández, ha abogado por garantizar la supervivencia de las razas autóctonas en peligro de extinción y su cría de manera extensiva en zonas de montaña, por su contribución al mantenimiento del medio ambiente y a fijar población, además de por el valor de la propia producción, como demuestra el sello de calidad ‘100% Raza Autóctona’.
Lo ha hecho tras reunirse con la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Caprino de Raza Blanca Andaluza o Serrana (ABLANSE), representada por su técnico, Sara Rey; y con Soledad Magán, propietaria de la primera y única ganadería de caprino de la Raza Blanca Andaluza o Serrana de la provincia de Cuenca.
Fernández ha puesto de manifiesto el apoyo del Gobierno de Castilla-La Mancha a la ganadería extensiva y se ha referido al “gran logro” que ha supuesto que, en negociación nacional del Plan Estratégico de la nueva PAC 2023-2027, se introduzca una ayuda que “prioriza a la ganadería extensiva y mejora la rentabilidad para este modelo productivo al asegurar un pago de 10,29 euros por cabeza de ganado en ovino y caprino que pasta en rastrojeras”.
La raza Blanca Serrana se caracteriza por su implicación en la conservación medioambiental. Es un animal muy rústico, capaz de adaptarse a condiciones geográficas y climáticas adversas, posibilitando la transformación de masa arbustiva de montaña en recursos ganaderos.
Una de sus contribuciones al medio en el que viven es la limpieza y el mantenimiento del monte, fomentando la diversidad vegetal, favoreciendo la conservación de numerosas especies de fauna silvestre y contribuyendo a la prevención de incendios forestales.
Se trata de un animal adaptado a los Espacios Naturales Protegidos, generando así un producto de alta calidad, arraigado en nuestro territorio mediante la comercialización en canales cortos, lo que permite además fijar la población rural.