La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) vuelve a las calles este 8 de marzo con una campaña en marquesinas y estaciones de metro que defienden la maternidad y la familia, y cuestionan el modelo de felicidad que se ofrece hoy en día a las mujeres. “Casarte con tu trabajo. Congelar óvulos. Pasear perrhijos. Pasarte el día en Tinder. No comprometerte con nadie. ¿Seguro que es lo que necesitas para ser feliz?”, preguntan los carteles.
La campaña se ha desplegado en Cuenca y en más de 80 ciudades de toda España, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer. La acción en la calle va acompañada de un llamativo spot en el que se contrapone la tristeza del individualismo reinante con la felicidad que deriva de entregar la vida a un amor para siempre. “Pudiendo vivir solo, triunfar solo, morir solo -plantea la narración-, ¿cómo vas a querer comprometerte con alguien para toda la vida?”.
El vídeo ironiza contraponiendo lemas como “No te atas a nada ni a nadie” o “Tu espacio es tuyo y solo tuyo” con la realidad de la soledad, y muestra la belleza de la vida compartida y comprometida frente a quien celebra volver a casa “sola y borracha”, sin hijos que aten y “roben” tiempo y libertad. En este sentido, la ACdP propone el hashtag #QueNoTeLaCuelen para invitar a la reflexión crítica con los eslóganes que se escucharán este 8-M.
La mejor mujer
La campaña recoge el testigo de anteriores iniciativas de la ACdP en torno a esta fecha, como hace dos años, cuando instaló carteles con el Ave María por toda España para felicitar a “la mejor mujer”, la Virgen. Es una acción, además, que responde al carisma propio de la asociación, fomentar la presencia católica en el espacio público.
La ACdP ha lanzado diversas campañas en esta línea en los últimos meses: entre otras, la acción de Cancelados en defensa de los que rezan frente a los abortorios, el recuerdo a los mártires españoles del siglo XX que murieron perdonando a sus verdugos o la felicitación de Navidad a los pobres, odiados y marginados, como el mismo Jesucristo.