El Logroño La Rioja ha logrado un claro triunfo sobre el BM Cuenca, por 36-23, gracias sobre todo a una primera mitad brillante, con la que se ha reivindicado como uno de los candidatos a las primeras plazas, en las que no está por su falta de regularidad en el nivel que ha exhibido en este partido.
Es difícil saber porqué un equipo puede cambiar tanto en tan poco tiempo. El Logroño era hasta hace dos semanas un conjunto que "penaba" en muchos partidos y que parecía lejos en todos los sentidos de lo que espera de un candidato a los puestos europeos de la Liga Asobal. Pero justo después de la marcha de Serradilla a Noruega, cuando peores eran los presagios para ellos, los riojanos le han dado la vuelta a la situación.
Ya la semana pasada el Logroño ganó a domicilio a Granollers -segundo clasificado- con un juego compacto, serio y dinámico; y en esta ocasión, ante el Cuenca, -tercero-, ha mostrado todas las virtudes que se esperaban de él mucho antes, ha mantenido un buen nivel en la portería, una defensa y un ataque sin dudas.
Así, en media hora ha resuelto su partido ante un Cuenca resignado y que no ha entendido bien lo que le estaba pasando; de hecho, apenas ha tenido ni un atisbo de reacción ante un rival que, literalmente, le ha pasado por encima en el primer tiempo.
Ese primer tiempo fue un espectáculo para los aficionados riojanos, poco acostumbrados a ello esta temporada, pero que hoy pudieron ver desde el inicio a un Logroño con personalidad, intenso y certero en ataque.
Así, pronto logró una ventaja clara (8-3 en 8 minutos) ante un rival totalmente descentrado, que trató de subir la dureza del partido para romper la concentración de los locales; pero no lo consiguió y por eso el Logroño continuó mandando y aumentado su ventaja ante un rival impotente e inoperante.
Esa dinámica se mantuvo hasta el descanso, con lo que el Cuenca se fue al vestuario prácticamente sentenciado, tanto por la distancia en el marcador (20-10) como por la diferencia en el juego.
A su entrenador, Lidio Jiménez solo le quedaba la carta de que sus jugadores regresaran a la cancha con una actitud diferente y con más fe en su propio juego.
Y así volvió el Cuenca al partido, además de mantener la intensidad (a veces confundida con dureza excesiva), lo que le sirvió para "acercarse" en el marcado a siete goles de diferencia (24-17).
Pero entonces apareció otro "invitado" al partido que no había participado antes, el portero bielorruso Markelau, que con sus paradas -entre ellas dos penaltis- devolvió la confianza a todo su equipo y sentenció el choque.
Ayudó a ello también el que el técnico del Cuenca, Lidio Jiménez, terminó de desquiciarse y rompió cualquier intento de concentración de sus jugadores con sus protestas, que solo sirvieron para que los conquenses llegaran a quedarse con solo tres jugadores sobre el campo
Por eso el Logroño no solo consiguió mantener la ventaja, sino que la aumentó hasta los 13 goles de diferencia del marcador final, con el que avisa de que quiere reengancharse a la pelea por Europa.
Ficha:
36.- Logroño La Rioja (20+16): Jorge Pérez (p), Rivero (5), Preciado (8), Rubiño (4), Javier Rodríguez (1), Palomino (4), David Cadarso (3, 2p), Markelau (p), El Korchi (4), Eduardo Ortiz (1), Javier García (3), Eduardo Cadarso (1) y Keita (2).
23.- BM Cuenca (10+13): Grbavac (p), Teixeira (1), Simonet (6), Moya (1p), Poozer (3), Diego Vera (2), Federico Pizarro (1), Ben Tekaya (p), Mach (3), Daniel Neves (1), Nazaré (1), Leo Pranter, Nacho Pizarro (2), Juanjo Fernández, Álvaro Martín y Arnau Fernández (2).
Parciales: 5-3, 9-4, 12-6, 15-9, 19-9, 20-10 (descanso), 23-15, 26-17, 29-18, 32-20, 35-21 y 36-23 (final).
Árbitros: Raúl Oyarzun y Aritz Zaragueta. Expulsaron por tarjeta azul a Federico Pizarro, del Cuenca. Excluyeron por dos minutos al entrenador visitante, Lidio Jiménez, a sus jugadores Simonet y Juanjo Fernández; y a los locales El Korchi (2 veces) y Palomino.
Incidencias: Alrededor de 1.300 aficionados en el Palacio de los Deportes de La Rioja.
Eduardo Palacios
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