Casas Colgadas mereció más del empate ante un afortunado Getafe

El empate entre Club Conquense de Billar “Casas Colgadas” y Club de Billar Getafe (4-4), en la 5ª jornada de la “Liga Nacional de 2ª División de Billar a Tres Bandas”, se podría haber dado por bueno antes del comienzo del choque, en la Sala de Billar del Pabellón “San Fernando” de nuestra capital, dada la contrastada calidad del rival, líder hasta ese momento del Grupo “C”.

Sin embargo, visto lo acontecido, nos acabó pareciendo un tanto injusto, ya que los conquenses rindieron a un buen nivel, y tan solo la mala fortuna les acabó impidiendo saborear las mieles de un éxito que ya se vislumbraba en el horizonte.

Pero el Billar, como todos los deportes, está expuesto a todo tipo de situaciones, tanto adversas como favorables. Y esto primero es lo que les sucedió a los locales, que ofrecieron un buen espectáculo deportivo, dándolo todo para intentar lograr los dos puntos en juego.

Javier Mora conseguía los primeros parciales para el bando conquense, tras su victoria sobre Isidoro Merín, con un dominio absoluto de la situación al descanso (23-9), controlando el tempo del partido tras el receso ante la esperada reacción de su oponente (38-26).

Derrota posterior de Francisco Romero frente a Andrés Ospina, que dejaba en tablas el primer turno de juego entre ambos equipos. Tras el 10-20 en contra del primer tiempo, vino la reacción del alcazareño del “Casas Colgadas”, que consiguió acercarse tímidamente en el electrónico, pero sin hacer peligrar el triunfo del deportista getafense (34-40).

Gran partido, igualmente, el que nos ofreció Jorge Sánchez ante un sorprendido Francisco J. Rodríguez, a quien dominó en todas las facetas del juego, concluyendo el primer acto con un demoledor 20-5 favorable, para disfrutar de una plácida segunda mitad hasta la conclusión de un brillante duelo por parte del billarista del “Casas Colgadas” (38-26).

Emoción sin límites en el último y decisivo choque, con exhibición billarística de José Vicente en la 1ª mitad (21-14), a lo que siguió la acertada reacción del visitante Guillermo L. Spernanzoni (35-35). La expectación por el resultado final hizo flotar en el ambiente la idea y el deseo del triunfo conquense, más la fortuna acabó decantándose finalmente por el jugador forastero en un final no apto para cardíacos (39-40).