Benín, ubicado en el África Occidental, es uno de los países de la zona donde el porcentaje de personas alfabetizadas es más bajo. Los últimos datos reflejan que el 34% de la población no está alfabetizada. Países como Níger o Burkina Paso le superan.
Benín, como todos los países, ha sufrido unas graves consecuencias por los contagios de la Covid-19. Una situación que afectaba gravemente al país, también en materia de alfabetización para las mujeres.
En este último año, la Congregación de Religiosas de las Terciarias Capuchinas en Benín y Cáritas Cuenca, gracias a la colaboración de la Excma. Diputación Provincial de Cuenca, han aunado sus esfuerzos para contribuir a la mejora de la educación de las mujeres en la zona rural de Glo-Djigbé, en Cotonou (Benín) y zona norte del País, Nikki, donde en concreto la mujer tiene limitadas sus posibilidades de promoción, para poder acceder a un trabajo que le permita salir del círculo de pobreza en el que se mueven sus familias.
Durante este año se ha llevado a cabo un proyecto de Cooperación Internacional con el objetivo de contribuir al desarrollo de las mujeres en la zona rural, a través de la educación y formación profesional, para mejorar sus condiciones de vida en Benín.
Desde finales de septiembre de 2021, la Congregación Religiosa, ha dado apoyo directo a 40 jóvenes de entre 12 a 21 años madres adolescentes, víctimas de matrimonios forzosos, poligamia, abandono, exclusión, etc. mediante becas para alfabetización y el aprendizaje de una profesión con talleres de costura y peluquería, y a través de acciones dirigidas a reforzar la autoestima, desarrollo de la creatividad, mejora de la concentración, fomento de las relaciones sociofamiliares, entre otras. Este acompañamiento y apoyo tanto formativo como personal hará multiplicar los frutos del Proyecto ya que no solo llegara el trabajo realizado a estas 40 jóvenes, sino que con los kits de trabajo y el acceso a los exámenes oficiales conseguirán el certificado de profesionalidad lo que contribuirá a poder ejercer de costureras y peluqueras permitiéndoles encontrar un puesto de trabajo y poder salir del circulo de pobreza, a ellas y a sus familias, normalmente constituidas por 8 o 9 miembros.
Gracias a la contribución de la Diputación Provincial de Cuenca, Cáritas Diocesana de Cuenca y el trabajo realizado en terreno por las terciarias capuchinas se ha realizado un trabajo desde la protección de los Derechos Humanos, garantizando el respeto a las personas desde la lucha contra la pobreza, la mejora de la salud y la cooperación, lo que ayuda a garantizar el principio de “no dejar a nadie atrás”.
Cáritas Cuenca y las Terciarias Capuchinas continúan caminando juntos trabajando en el estar y acompañar de las personas más desfavorecidas, siempre cuidando nuestra casa común, nuestro entorno y defendiendo los derechos humanos de todas las personas.