Cien días después del inicio de la invasión rusa en Ucrania, algunos de los refugiados que durante estos meses han llegado a Cuenca han decidido volver a su país, mientras que más de 120 niños siguen escolarizados en los centros educativos de la provincia.
Según han informado a Efe fuentes de la Delegación de Educación en Cuenca, los centros de la provincia han escolarizado desde el pasado 24 de febrero a 125 alumnos en varias etapas educativas, y en estos momentos siguen las clases 121 dado que algunos se han ido, también a otras provincias.
Entre tanto, los niños se van adaptando como pueden a las clases y a sus centros, y desde hace unas semanas la Junta de Comunidades ha dispuesto auxiliares de conversación en varios de ellos.
Por ejemplo, en Mota del Cuervo, tanto en el CEIP "Virgen de Manjavacas" como en "Santa Rita" y en el IES "Julián Zarco", mientras que en Cuenca capital los colegios "Fray Luis de León", "Santa Teresa" y "La Paz" cuentan con este recurso.
Iona es una de las auxiliares que les ayuda varias veces a la semana con conceptos básicos para que puedan explicarse en el centro, traducir aspectos de los libros docentes, cómo pueden ir al baño o dónde está el comedor.
En declaraciones a Efe ha explicado que los niños de Primaria son los que encuentran más dificultades, dado que los de Educación Infantil se han adaptado más rápido, y ha señalado que una de las preocupaciones es qué pasará cuando terminen las clases por el verano y durante todo ese tiempo no tengan que ir al colegio.
Según Cruz Roja, unos 400 refugiados ucranianos han llegado a la provincia desde el inicio de la guerra, tanto a los recursos ofrecidos por administraciones y entidades, como a casa de familiares y amigos.
En concreto, la organización ha atendido a 256 personas ucranianas y 81 han sido alojadas en los recursos de emergencia desde el inicio del conflicto (en estos momentos hay 41 y sigue abierta para los que siguen llegando).
En las últimas semanas, 16 han retornado, bien a Ucrania, bien a países cercanos como Polonia, principalmente por reagrupación familiar.
Por su parte, Paz Ramírez, de Cáritas Cuenca, ha explicado a Efe que durante estos meses han llegado a Cuenca, sobre todo, mujeres y niños, pero también personas mayores y familias enteras, con hasta tres generaciones.
Sin embargo, el idioma es la principal barrera para los refugiados que quieren trabajar en Cuenca, dado que aunque muchos de ellos participan en clases de español no pueden acceder a trabajos de su cualificación.
La mayoría tiene estudios secundarios o superiores y una provincia como Cuenca sólo puede ofrecer en estos momentos un empleo en agricultura o el sector servicios, ha dicho Ramírez.
Cáritas atiende en estos momentos a unos 150 refugiados, sobre todo en la capital conquense, pero también en municipios como Mota del Cuervo.