Agónico 2-2 entre la UB Conquense y el Atlético Albacete en un choque que se resolvió en el final del partido. Por parte del equipo B, fueron dueños y amos del juego durante la primera parte, llevándose un 0-2 a su favor. Sin embargo, tras la vuelta de vestuarios, los locales tiraron de garra para revertir la situación de la manera más épica posible.
Con el pitido inicial del partido, el filial albaceteño puso tierra de por medio en la primera ocasión de juego. Había quien aún estaba buscando su asiento en la grada cuando Olivares recogió un rechace en la frontal del área. En el cuarto minuto de juego, mediante un disparo que no pudo evitar Leyva, el villardeolallense levantó al banquillo de Chus Frias para celebrar la primera diana de los suyos.
Durante los primeros veinte minutos de partido, los visitantes incordiaron e imposibilitaron toda maniobra del Conquense para revertir la situación. De igual forma, el Atlético Albacete era quien más pisaba el área rival, aunque sin mostrar peligro aparente.
Según el partido seguía su curso natural, los de Manolo Martinez encontraban comodidad y cobijo en su forma de plasmar las ideas en el verde. Muchas de ellas terminando en ocasiones de gol, a las cuales Gabri le faltó fortuna para materializar. En su mejor momento de la primera parte, llegó el golpe más duro.
En otro saque de esquina, la escuadra albaceteña encontró pertroleo en el 35´. En esta ocasión era Samu, ganando la partida a su marca, quien mandó el balón al fondo de la portería para dar un paso más hacia la victoria. No obstante, era precipitarse hablar de partido cerrado y los motivos se vieron después del descanso.
Si al inicio del partido se premió al madrugador con el gol, en la segunda parte se aplicó de la misma forma. Esta vez, con menos tiempo de maniobra para el espectador. Con el equipo blanquinegro, volviendo del descanso volcado en la faceta ofensiva, José Vega metió el balón en el mejunje formado en el área pequeña buscando quien la empuje. El balón tuvo como destinatario a Gabri Salazar y terminó subiendo al marcador.
El gol, y la expulsión a Borja minutos después (Atl. Albacete), invitaba a creer en la revuelta de La Fuensanta. Con el paso del tiempo, los conquenses seguían en su lucha interminable por las tablas, a pesar de que el portero del filial no intervino mucho en el devenir del juego. Con el tiempo y el cansancio como principales enemigos, la claridad de las acciones empezó a decaer, llegando al final del partido con la lengua fuera y la frustración del casi.
En la recta final, la tensión se vivía en cada m2 del estadio. Cuando parecía que el 1-2 era el resultado del encuentro. En otro bullicio en el área pequeña del filial, Gabri volvió a demostrar su inteligencia, adelantándose a su marca haciendo su segundo gol del partido. Instantes más tarde, el colegiado hizo sonar los tres pitidos que dictaron sentencia y el reparto de puntos fue la conclusión de 90 minutos de buen fútbol.
Si (
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