La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) exige el cumplimiento del Protocolo contra las agresiones y un refuerzo urgente de la seguridad en los centros penitenciarios tras el ataque que sufrió anoche un funcionario en la prisión de Cuenca.
El sindicato muestra su apoyo al compañero agredido y lamenta que este tipo de episodios violentos se viven prácticamente a diario y que no existen protocolos efectivos ante estas situaciones.
CSIF denuncia que la situación es inaceptable. Los empleados públicos de las prisiones españolas viven ya una situación de urgencia por el déficit y el envejecimiento de las plantillas y la falta de recursos. Y es que, según datos oficiales del Portal de la Transparencia, las plantillas tienen un déficit de 4.173 empleados y su seguridad está en juego (28.160 plazas en total y 23.987 puestos ocupados).
Además, hay un dato aún más alarmante que es el envejecimiento que se ha producido en las plantillas desde 2002, con una edad media de 55 años, personas que se tienen que enfrentar en muchas ocasiones a internos en una situación de clara desigualdad por edad y condiciones físicas.
Exigimos que se reconozca cuanto antes la figura de agente de autoridad para los funcionarios de prisiones, que ayudará a que se eviten este tipo de agresiones, junto con el reforzamiento de plantillas y de las mejoras de las condiciones laborales.
A la agresión sufrida anoche por un jefe de servicio en Cuenca se suma la que se producía hace dos días en la cárcel de Botafuegos, en Algeciras, cuando un interno se abalanzó sobre dos funcionarios, a quienes agredió con violencia.
Por todo ello, mañana viernes CSIF Prisiones y Acaip-UGT han convocado un paro de quince minutos a las puertas de los centros penitenciarios para mostrar nuestra condena a estos ataques continuos, denunciar la grave situación de nuestras cárceles y reclamar al Ministerio del Interior actuaciones urgentes de una vez por todas.
En definitiva, en materia de seguridad, desde CSIF reclamamos que se regule la figura del Agente de la autoridad y el endurecimiento de las sanciones a los reclusos que agredan a un trabajador penitenciario:
-Incremento de las plantillas para ajustarlas a las necesidades reales.
-Formación adecuada a los trabajadores que se enfrentan a internos peligrosos o situaciones de potencial riesgo.
-Desarrollo del protocolo de Agresiones que conllevaría entre otras las siguientes medidas.
-Mejora de los medios coercitivos: guantes, chalecos, protectores, etc.