El “Casas Colgadas” superó con solvencia el trámite alcazareño

El Club Conquense de Billar “Casas Colgadas” inició su andadura en el Campeonato de Castilla-La Mancha de Billar a Tres Bandas con un contundente triunfo por 8-0 frente al Club Billar Alces, debutante en esta competición.

No por lógico se podía esperar un partido cómodo, habida cuenta que los conquenses no contaban en sus filas con dos de sus mejores elementos. Era, pues, el momento para que los menos habituales dieran un paso al frente y demostraran su calidad, que la tienen. En efecto, un cuarteto plenamente autóctono dio cumplida cuenta de un equipo bisoño en estas lides, aunque expertos en otras modalidades de este noble deporte.

ÁNGEL CRESPO inauguró el marcador con una plácida victoria sobre Lucio Álvarez, quien venía precedido de algo más de caché a tenor de lo visto en anteriores compromisos. Pero este no era su día, y, además, tenía enfrente a un rival curtido en mil batallas, como es el conquense, quien anotó con soltura y defendió cuando la ocasión lo requería, para firmar un espectacular 29-10 muy trabajado y altamente merecido.

El enfrentamiento entre CARLOS FERNÁNDEZ y Juan A. Serrano registró los mismos parámetros que el anterior, aunque aquí el visitante opuso algo más de resistencia, insuficiente a todas luces frente a un oponente muy concentrado y efectivo, como demostró ser el joven jugador del “Casas Colgadas” (29-19).

Tampoco JAVIER MORA tuvo problemas para deshacerse del veterano Eugenio Cruz, al que maniató desde el inicio en previsión de posibles sobresaltos que nunca se llegaron a producir. Tras una anodina primera mitad emergió el mejor Javier, con once carambolas en cinco entradas, dando por sentenciado un duelo ya de por si desigual (34-15).

Para concluir con el recital conquense, JESÚS CULEBRAS completó el pleno con una ajustadísima victoria sobre el alcazareño Ángel Benito, que nunca se dio por vencido a pesar de la desventaja de diez carambolas mediada la segunda mitad. Finalmente, “Chito” acabó solventando la papeleta en las postrimerías de un duelo un tanto atípico (23-22).