Diego Forriol es el cartelista de la Feria y Fiestas de San Julián que hoy jueves arrancan con la lectura del pregón y la entrega de premios Ciudad de Cuenca. Forriol, que dio a conocer hace unas semanas este cartel anunciador de las fiestas, ha repasado con Cuenca News aspectos de la creación y del resultado final de esta obra suya.
El templete del parque San Julián, con una orquesta dentro tocando, y un publico ordenado y respetando la distancia de seguridad es la imagen que este 2021 anuncia la cita veraniega con las fiestas en honor al patrón de Cuenca.
Un cartel sencillo ya que “no están los tiempos para hacer locuras ni poner en el cartel una masificación de público”, como ha desgranado Forriol, y un templete de San Julián “muy identificativo de las fiestas”, que además no se había reflejado en carteles de años anteriores y que “da igual que lo vea una persona de Fuente del Oro que de Tiradores, lo va a reconocer”, tal y como ha recalcado el pintor.
Tras estas semanas, Forriol ha subrayado que este cartel de San Julián lo he hecho con mucho cariño, y se ha mostrado seguro que, si un día le dan el encargo para elaborar los de Semana Santa o San Mateo, los hará también con un cariño muy especial.
Además, en esta entrevista ha agradecido tanto a toda la corporación municipal como a la ciudadanía conquense la aceptación que está teniendo, llegando a recibir a través de sus redes sociales más de 1.000 felicitaciones.
Hace ya unas semanas se dio a conocer el cartel de esta Feria y Fiestas de San Julián 2021. Desde que vio la luz, y hasta hoy en día, ¿qué impresiones ha recibido?
Muchas felicitaciones. La verdad que las redes sociales dan mucho gusto cuando a la gente le gusta este tipo de iniciativas. Y la verdad que muy contento, porque tendré un millar de felicitaciones. El cartel ha gustado, evidentemente. No le habrá gustado a todo el mundo, pero en líneas generales yo estoy muy satisfecho con la respuesta de la gente, así que de momento muy bien y yo estoy muy contento, de verdad.
Más o menos, ¿qué le están trasladando?
A mí, cuando Darío Dolz me dijo que hiciese el cartel de este año, me dije: tengo que hacer un cartel que sea alegre, pero evidentemente sabemos todos que era un cartel muy específico para los momentos que atravesamos. El año pasado no había San Julián, porque era toda una cierta vuelta a la normalidad, y eso es lo que intentado plasmar en el cartel. Hay una serie de iconos en ese cartel que así lo reflejan.
Por ejemplo, el público que he puesto está bastante ordenado y con distancia de seguridad importante, porque el momento es el que es. Quería mostrar la participación, pero por otro lado, también de una forma tranquila. Sobre todo, también es un homenaje a la cultura, porque efectivamente la música, y por eso me incliné por el templete, este templete del parque en San Julián ha sido siempre muy importante.
Se han hecho muchas cosas durante toda la historia y creo que es muy reconocible. De esa forma, hice también un homenaje a los músicos, que tan mal lo están pasando en la pandemia porque no pueden mostrar su arte en muchos sitios por el tema de aforos y demás.
Ha comentado que cuando le llamó el alcalde le dijo que quería un cartel alegre, que representase la fiesta. En ese momento, ¿qué fue lo primero que pensó? ¿Le costó aceptar el encargo?
Sorpresa fue lo primero que pensé. Y aceptar nada. Hay que ser participativos. Si a ti te piden que eches una mano en lo que sea, evidentemente tienes que afrontarlo, eso es ser buen ciudadano. Me da igual que sea para un cartel o para lo que sea, porque hay que estar. Ya no estamos hablando de política, sino que para que las ciudades funcionen hay que sumar. Darío, cuando me dio esta oportunidad, lo cogí con mucho orgullo porque creo que es muy importante, y sobre todo con una satisfacción de crear algo chulo.
Trabajé durante muchísimo tiempo en el tema porque tuve que hacer muchos bocetos, ya que no tenía muy claro como configurarlo. Ten en cuenta que tengo una forma de pintar un poco específica, y eso al final no quería perder mi esencia, sino que quería que fuese muy identificativo mío, con tonos suaves y la técnica de la acuarela que nunca se había usado para un cartel.
Empecé a trabajarlo, pero tuve que hacer mucho boceto porque quería que fuese algo muy identificativo de la ciudad, como es el parque San Julián, pero a la vez no perder mi esencia y hacer una cosa distinta a lo que mi ritmo de pintura y trabajo lleva.
Habla de que hico bastante bocetos hasta llegar hasta idea final. ¿Cuáles fueron esas primeras ideas? ¿Cómo ha sido el proceso creativo?
Uf. Estuve pintando mucho tiempo, haciendo bocetos en una libreta, andando mucho y viendo muchas cosas. Porque luego, si te fijas en el cartel, una de las cosas que más me han gustado, es que he intentado hacer como una cierta vista aérea, que no fuese plano. Para encontrar los ángulos me costó bastante, tuve que estudiarlo bastante.
Luego, ideas tuve muchas, pero, ¿sabes qué pasa? Al no saber qué se iba a hacer, aunque Mario Fernández, el concejal, me informó de las actividades programadas. Pero claro, es una situación muy peculiar. Ahora, a lo mejor, dices que hay toros, pero luego no se pueden hacer, al igual que cualquier otra actividad programada.
Entonces, tenía marcado un guion de lo que iba a ser el programa y sobre eso me basé. Pero evidentemente, tuve muchas ideas, pero hubo cosas que descarté, porque cuando tuve una reunión con los concejales, me di cuenta de que tenía que descartarlas porque no iba a ser lógico hacer un cartel de algo que no se iba a realizar en las fiestas.
Al final se quedó esta imagen del parque San Julián. ¿Desde el primer momento ya le dijeron que aquí iba a haber actuaciones?
Sí. Luego, sobre todo, porque de una forma o de otra, es muy identificativo de las fiestas. Me da igual que lo vea una persona de Tiradores o de Fuente del Oro, porque van a reconocer perfectamente el parque San Julián como un sitio donde se ha hecho toda la vida cosas. Me gustó bastante, y además no se había reflejado en años anteriores en los carteles. Al final, la sorpresa, la novedad y el estilo del cartel, que no tiene nada que ver con un cartel al uso de San Julián, ha hecho que a la gente le guste, que es lo importante y el objetivo.
Tras la cancelación del año pasado de estas fiestas, y con las ganas que había este año de San Julián, ¿ha sentido cierta presión, entre comillas, de ser el cartelista?
No. Presión no. Son trabajos más especiales. Yo pinto mucho, y tengo la suerte de que mi obra se vende, y siempre te queda eso de que a la gente le guste. Pero presión, es más el tiempo de preparar todo y tener la cosa clara que el tema de presión. Es un trabajo, y como tal, es igual que cuando te enfrentas a un cuadro o te piden que hagas un encargo de la temática que sea. Al final, tienes que ponerte con él y ya está.
Pero presión no. Si es lo que te gusta, lo haces encantado. Se mira con más cariño, porque es un cartel que representa las fiestas de San Julián.
Ha comentado que la pandemia está reflejada en el cartel con ese público que acude al templete respetando las distancias. ¿Tenía claro que esta situación de la COVID se tenía que quedar reflejada en la obra?
De alguna forma, quería que hubiese una participación, quería ser realista. No están los tiempos para hacer locuras ni poner en el cartel una masificación de público, está claro. El momento es el que hay, y si quieres meter gente tienes que pensar bien cómo vas a meterla y qué sentido le vas a dar.
Además, ese es un detalle muy valorado por la gente, porque han visto un orden, una participación donde había de todo, porque al final la diversidad es muy importante, y no le quise meter más gente porque quería que la gente disfrutara el cartel y que iba enfocado a las fiestas. No quería hacer una masificación de público. Es el momento que toca y lo he intentado plasmar de la mejor forma que he podido o sabido con esta idea.
Imaginemos que estamos en 2030 y hay una exposición de carteles de las fiestas de San Julián. Si usted fuese el guía, ¿cómo definiría este cartel?
Este es un cartel muy de Cuenca. Yo lo entiendo así. Al fondo está el Casco Antiguo... Sí que lo definiría como un cartel auténtico de Cuenca en toda su esencia, eso es un poco con lo que me quedo, sabiendo todo el mundo que es un cartel de transición. Eso también pasa con el de Semana Santa de mi amigo Enrique Martínez Gil, que nos quedamos con que al final somos los artistas de la pandemia.
Si tuviese que hacer un cartel en 2030 y ya no hay COVID y todo está normalizado, seguramente habría hecho una cosa totalmente distinta. Pero hay que hacer las cosas un poco pensando en el tiempo que vivimos. Además, creo que la pintura es el reflejo de los tiempos que se viven, pero históricamente, y al final tú te trasladas a una pintura y lo que se está reflejando es la forma de vida en ese momento o la situación política o social o, como en este caso, una pandemia.
Este cartel como ha comentado se ha elaborado con acuarela. ¿Qué supone para usted tanto la acuarela como la pintura en general?
Para mí todo. Me crea un momento de satisfacción muy bonito. Hace un rato estaba pintando unos paisajes del río y estoy usando otra técnica, porque me paso el día investigando, porque, aunque lleve 7 u 8 años con acuarela, me la tengo bastante currada, y al final es como el que monta en bicicleta. El primer día te puede costar, pero cuando llevas 6, te puedo asegurar que ya te pegas a la bici. Esto es igual.
Dentro de esa técnica, uso otras diferentes y, el tema de la acuarela, para mí, que ya le tengo un control, es muy fácil y me siento muy cómodo. Ahora estoy con óleo, y estoy aprendiendo. Al final esto es un aprendizaje como otro cualquiera. Pero yo creo que hacer un cartel con acuarela no era muy normal y ha quedado algo fresco. Es un poco lo que me ha sugerido cuando he acabado.
Suele ser costumbre en Cuenca que, cuando alguien es cartelista de San Julián, en años posteriores suele elaborar los carteles de San Mateo o Semana Santa. ¿Le gustaría poner también su nombre a estos carteles?
Para mí es un orgullo hacer un cartel de Cuenca. El de Semana Santa es ya la champions, porque el cartel de Semana Santa se ve a nivel nacional y que la gente de otras ciudades como Sevilla o Málaga está esperando a que salga el cartel de Cuenca. Tenemos una gran suerte en la ciudad porque tenemos unos artistas absolutamente maravillosos, y siempre aportan una creatividad absoluta al cartel de Semana Santa, es totalmente maravilloso para el resto de España.
Es verdad que los carteles del resto del país semanasanteros muchos siguen una línea y luego está la de Cuenca, y este siempre se está siempre esperando. Si algún día tengo la oportunidad de hacer un cartel de Semana Santa, sería un orgullo, pero estas cosas no hay que pensarlas. Yo pienso que el de San Julián me ha gustado mucho la idea, lo he hecho con mucho cariño, y seguro que, si un día me dan los de Semana Santa o San Mateo, los haré también con un cariño muy especial, porque al final, lo bonito de esto, es que se queda reflejado y se queda para el tiempo, porque hay gente que lo guarda y lo colecciona, y eso para mí es un orgullo.
¿Qué son para Diego Forriol la Feria y Fiestas de San Julián?
Creo que son un momento de encuentro muy bonito con los amigos, disfrutando de la familia. Yo lo he vivido siempre con una ilusión muy grande, porque al final tienes una rutina distinta a la habitual con los conciertos, los toros, la hípica y miles de actividades que se hacen. La verdad que yo lo que quiero es que me gustaría que la gente participara de ella de una forma ordenada, porque es lo que toca, pero creo que la gente se lo puede pasar muy bien en estas fechas y sobre todo hay que hacerlo con sentido común. Al final son fechas de fiestas y lo que hay que hacer es disfrutarlas lo máximo posible.
Por último, sigo reiterando que es un cartel muy especial en unas fechas muy especiales, y lo bonito de esto es que la gente, de alguna forma, te diga: me ha gustado. Al final, hacerte un poco notar y que la gente vea el estilo de pintura que tienes y que a la gente le guste, eso para mí es muy importante, por lo que estoy muy orgulloso de haber hecho el cartel. Por tanto, quiero agradecer en primer lugar a toda la corporación municipal y luego a la ciudadanía por la aceptación que está teniendo.