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“Humanidades tiene un estigma social y diría que, curiosamente, tiene más salida profesional que otra titulación”

Por Rubén M. Checa
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rubencuencanewses /5/5/16
jueves 01 de julio de 2021, 11:17h

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Santiago Yubero lleva dos meses afrontando su tercer mandato como decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades del campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha, abriendo una etapa en la que se ha marcado como objetivo el “afianzar” tanto los grados como másteres que ofrecen.

Además, ha asegurado que, aunque parece ser que los estudios de Humanidades tienen cierto estigma social, este grado “tiene más salida profesional que otra titulación, incluso ingenierías”, asegurado que la formación “amplia y rica” que recibe el alumno le puede hacer conseguir trabajo en diferentes áreas.

También habla en esta entrevista sobre la otra titulación de grado de la facultad, Educación Social, así como del Erasmus Rural, una iniciativa que le parece “perfecta” para “sacar del olvido a la España vaciada”.

Recientemente ha renovado el cargo como decano de la facultad, esta va a ser su tercera legislatura. ¿Cómo afronta el reto?

La idea de renovar el cargo es porque todavía quedan unos objetivos que nos marcamos, que eran claves para todos. Me animaron las personas a las cuales gestionamos, tanto profesores como personal de Administración y alumnos, y la clave realmente es reforzar las titulaciones con dobles grados y máster, y reforzar a las personas que todavía tienen que afianzarse en sus puestos de trabajo.

Habla de afianzar los estudios de grado y máster. ¿Tiene más objetivos para esta etapa?

Sí. Por ejemplo, aquí hay dos grados, que son los grados de Humanidades: Historia Cultural, y el grado de Educación Social. Este último tiene ya una conexión con Trabajo Social, y esto es muy bueno, y ahora estamos intentando hacer un máster oficial para que esos alumnos tengan capacidad de salida dentro del propio grado para doctorado y especialización.

En el caso del grado en Humanidades, acabamos de aprobar un máster oficial con la facultad de Periodismo, que es el máster de Producción y Comunicación Cultural, y la otra propuesta es hacer un doble grado con Turismo vinculado al Patrimonio, a los guías turísticos, y dejar afianzadas las titulaciones.

También, en el caso de Humanidades, hay un doble grado con una universidad de Taiwán que permite que los alumnos de ese país vengan aquí dos años y los alumnos de aquí vayan allí. Afianzar consiste en esto: darles más consistencia para que los alumnos tengas más opciones de formación.

¿Qué tal esta experiencia con Taiwán?

Una experiencia a nivel internacional siempre es muy buena. No solo tenemos convenio con Taiwán, sino que también con Latinoamérica mantenemos vínculos en cuanto a máster y formación permanente, y en Europa claro. Siempre es muy positiva, porque abre campo y a nuestros alumnos les facilita formaciones. Muchas veces salir al extranjero no es tanto como pensar que vas a encontrar cosas nuevas como saber realmente lo que hay, compararlo con lo que tú sabes, y tener más orientación para construirte como profesional.

A parte de afianzar los estudios, ¿qué más expectativas maneja Santiago Yubero para la facultad?

Nosotros desde el principio lo que planteamos es que fuese un lugar amable, que la facultad fuese un sitio de trabajo orientado a relaciones laborales positivas en que uno se sintiera a gusto en su trabajo. Creo que lo hemos conseguido.

También que los alumnos estuvieran totalmente integrados en la facultad, sabiendo que es suya y que todo está orientado hacia ellos, ya que sin alumnos la universidad no tendría razón de ser, y también que el personal PAS estuviera integrado, al igual que la sociedad conquense y castellanomanchega también supiera valorar el trabajo que aquí se hace para su formación. Creo que eso lo estamos consiguiendo.

En este año tan complicado por temas de la pandemia, ¿cómo se ha desarrollado en la facultad la actividad?

El planteamiento ha sido tratar de conseguir la máxima normalidad posible. El objetivo es intentar conseguir la máxima normalidad dentro de lo que ha supuesto esto, que originariamente era un poco caos. Me refiero a nivel social.

La universidad enseguida dijo que era presencial, y dentro de la presencialidad vamos a buscar cómo ajustarnos para controlar las cuestiones de protocolos de salud y prevención. Lo que hemos hecho ha sido establecer una docencia básicamente presencial pero también bimodal cuando tenía que ser así.

Entonces hemos adaptado las aulas, hemos buscado los medios audiovisuales con apoyo informático y luego con toda la colaboración de los alumnos. Nos hemos adaptado perfectamente, y yo creo que todo el mundo tiene fatiga pandémica, pero yo creo que las personas y los alumnos han colaborado mucho y creo que no hemos perdido, como a veces se ha dicho, generaciones. Al revés, yo creo que estas generaciones han sabido adaptarse y ese aprendizaje también les va a servir: saber que cuando vienen maldades, hay que pelear para que las cosas sean lo mejor posible.

Y así estamos. Yo creo que estamos contentos, cansados también, pero contentos.

Dentro del cansancio que comenta, ¿cómo se afronta a partir de septiembre el próximo curso?

Estamos planteando todo con más normalidad. Aunque pueda sorprender, nosotros ya tenemos programados congresos, seminarios y jornadas de 300-400 personas, y no online. Online seguimos haciendo cosas, como estos días atrás que estuvimos de forma virtual en la Cumbre de Educación Latinoamericana, en donde había miles de personas. Pero la idea de cara al próximo curso son congresos presenciales porque la universidad necesita presencialidad, y una provincia y una ciudad como Cuenca necesitan presencialidad.

Es muy importante la universidad como empresa dentro de Cuenca, digamos que es la segunda o tercera empresa de la ciudad, y necesita presencialidad. Entonces, lo estamos programando todo, con los alumnos también, para que las aulas se ajusten. Si antes teníamos capacidad para 40, que ahora sean 60, y los alumnos estén bien con la presencialidad.

En la actualidad, parece que hay ese estigma social hacia los estudios de Humanidades. ¿Cómo están estos estudios?

Es cierto. Parece que las Humanidades no están bien vistas en una sociedad que busca fundamentalmente lo cuantificable. Las Humanidades parecen todo lo contrario, parece que es un tiempo mucho más lento, un conocimiento más profundo. Las Humanidades se mantienen en las universidades porque son una formación muy amplia.

Voy a decir una cosa que es clave: nuestros alumnos de humanidades, que no son muchos, pero son suficientes, encuentran trabajo en una proporción mucho mayor que otros. También es verdad que son menos, pero es verdad que esa formación generalista o general les permite por un lado la enseñanza, la educación.

Nuestros alumnos de Humanidades pueden entrar a ser profesores de lengua, literatura, geografía, historia, etc. Es una opción. Luego está otra que tiene que ver con el patrimonio, el turismo y la cultura. Gestión cultural, patrimonial y todo lo relacionado con el turismo como guía turístico. Por lo tanto, estamos hablando de museos, bibliotecas, sitios que necesitan este tipo de formación que sabemos luego que después de la formación hay especialización.

Así que en ese sentido Humanidades tiene un estigma social, pero yo diría que los alumnos están muy contentos en cuanto al contenido de las humanidades, un contenido rico e interesante, y curiosamente tienen más salida profesional que otra titulación, incluso algunas ingenierías.

Quiero decir que animo a cualquier que le guste la historia, la literatura, la geografía y que realmente crea que esa formación le va a suponer personal y socialmente, a que curso estos estudios.

Hemos visto que a raíz de la pandemia quizás que se ha creado ese nuevo género literario que es el hilo de Twitter, donde lo que más like consigue son temas relacionados con arte, historia, arquitectura,... ¿Estamos la sociedad necesitada de esas Humanidades?

Por supuesto. Ten en cuenta que son muy llamativos los temas de la historia. Aquí hay profesores, por ejemplo, de historia moderna o contemporánea que trabajan con grupos de música o con eventos claves, pero hay profesores de prehistoria que trabajan temas interesantísimos como arqueología, egiptología o literatura. Creo que a la sociedad le interesan, a veces de manera anecdótica, pero sí que es cierto que personas que conozco podrían tener también alguna vinculación a las redes o a la difusión del conocimiento, a la divulgación.

Creo que los de Humanidades tienen también ahí un campo, lo que se llama Humanidades digitales, que tiene que ver también con la aparición del 3D, la museística, los paseos virtuales y también con redes sociales.

¿Qué tiene la historia que parece que encandila a tanta gente?

La Historia, lo primero que tiene, es que la mayoría de las personas la desconocen. Entonces, cuando les viene, le parece curioso. Pero una de las claves de la formación de las personas, digamos, es la historia. Pero no la historia como un recuerdo de números y fechas, sino la historia desde el conocimiento de qué cosas pasaron, por qué pasaron y cómo esas cuestiones marcaron el futuro de sociedades.

Esto es interesantísimo para algo que siempre se ha dicho y es verdad: aquel que no conoce la historia y los hechos macabros, que los tiene y muchos, tiende a repetirlos. Eso es terrorífico, porque nada perdura si no se cuida. Por ejemplo, la democracia hay que cuidarla, e igual que la convivencia, el respeto a los demás, igual que montones de cosas. Y se necesita conocimiento y análisis crítico para saber por qué caminos no hay que ir y cuáles hay que evitar y analizarlo.

Comentaba antes que el Grado en Humanidades no hay muchos alumnos, pero sí los suficientes. Esto contrasta con la riqueza patrimonial que tiene Cuenca, ¿no?

Sí claro. Pero las titulaciones, a veces, no tienen nada que ver... Hay titulaciones que están llenas porque llaman muchísimo la atención y hay muchos alumnos, sabiendo que luego esas titulaciones no tienen futuro. Y no voy a poner ejemplos.

Hay una riqueza patrimonial enorme, pero en épocas de crisis, lo primero que se descuida a veces es eso: el patrimonio y la cultura. Pero sí que es cierto que los alumnos que están aquí conocen excavaciones, como Noheda, que tenemos aquí a su director, Segóbriga, pinturas rupestres... Aquí están los especialistas del cuidado del patrimonio, que es una cosa súper importante.

Y esto, al fin y al cabo, imagino que será un valor para la UCLM y para el campus de Cuenca

Claro. Yo creo que es un valor más allá de lo que es académico. Es un valor social y sociocultural. Personas que están especializadas en el patrimonio, y que lo conocen y lo cuidan, tenemos aquí profesores expertos en arte que escriben libros maravillosos sobre la Catedral, monumentos conquenses y regionales que la gente desconoce, y eso luego ayuda al cuidado, a todo. Evidentemente creo que Humanidades tiene una parte social y patrimonial muy importante.

Luego tenemos aquí el ámbito de la psicología y la Educación social, la otra trama de la facultad

Sí. Digamos que la Educación Social es la rama de la educación que está, entre comillas, "fuera de las instituciones educativas", aunque tengo que decir que los educadores sociales también están en los institutos y en los centros educativos, que son aquellos que se encargan de problemáticas digamos como especiales, de circunstancias que no son cotidianas.

Los educadores sociales trabajan dentro de los procesos de formación de prevención: prevención de consumos, prevención de adicciones, también trabajan con envejecimiento activo, trabajan en integración de inmigrantes, violencia de género y convivencia, etcétera.

En cosas que son importantísimas, como trabajar también en cárceles y reinserción, con discapacidades y salud mental. Están en esos ámbitos en donde realmente son muy importantes.

Ahora durante la pandemia se han visto necesidades como la psicología. ¿Cree que la pandemia puede beneficiar a la facultad y darle un empujón a esta titulación?

El caso de la educación social, nosotros tenemos muchísimas demanda. Es una carrera muy bonita, que contiene mucha psicología, digamos que no es la carrera de psicología, pero es que la carrera que más psicología contiene. Y también mucha educación, y a los alumnos les gusta mucho. Las salidas profesionales son como las de otras carreras. Tenemos mucha demanda.

Es muy interesante, porque por desgracia, la pandemia también ha provocado patologías psicológicas y digamos vinculadas mucho a la intervención socioeducativa sobre la prevención, el bienestar y el equilibrio personal.

En la facultad también tenemos un centro de investigación que es el CEPLI, Centro de Promoción de la Lectura, con intervención también socioeducativa en contextos a partir de la lectura, adversos en otras ocasiones y también estudios sobre la alfabetización de los niños y de los jóvenes, y este centro es muy reconocido a nivel internacional con formación de máster y publicaciones de libro y que también se integra dentro de los estudios sobre todo Educación Social, pero también de Humanidades.

Conjugando todo lo que me ha dicho hasta ahora, ahora que estamos en época de preinscripciones, ¿qué mensaje le daría al futuro estudiante que tiene en mente la facultad de Humanidades de Cuenca?

A mí me gusta mucho no engañar a nadie en el sentido de ser claro. Creo que la Universidad de Castilla-La Mancha es una universidad que está bien posicionada, es buena, y desde luego está arriba, y eso es un éxito muy importante. Y la facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades también tiene un alto perfil, porque nosotros estamos siempre en contacto con otras facultades nacionales e internacionales.

Entonces, por un lado, el que tenga interés en temas de educación social, que es una carrera muy bonita que luego tendrá conexión con Trabajo Social y con másteres especializados, y el que tenga mucho interés por el arte, la geografía, la historia, la literatura, es una carrera también muy bonita enfocada a esa formación y desde luego van a salir muy preparados.

Para acabar, ahora en esa fase inicial del Erasmus Rural de la UCLM. ¿La facultad va a participar?

Sí, la facultad está ya participando. De hecho, nosotros teníamos ya prácticas en pueblos, porque nuestros alumnos tienen la posibilidad de hacer prácticas que ellos eligen. Es decir, ellos gestionan a veces sus propias prácticas, y si un alumno en su pueblo dice que hay una institución en la que puede hacer prácticas y contacta, nosotros podemos gestionar esos convenios. Entonces eso ya lo teníamos, pero lo del rector Julián Garde con la UCLM rural está muy bien.

Nosotros tenemos ya unos convenios, tenemos alumnos que van a ir a la UCLM rural y es una buenísima idea, porque saca un poco del olvido todo lo que es la España vaciada, y ya sacar del olvido, ya lo pensábamos antes, es muy importante. Ten en cuenta que vivimos en una región que, por ejemplo, en la provincia de Cuenca, los pueblos están muy abandonados porque hay muy poca gente, y hace falta darle un impulso. ¿La universidad puede dar algo? Me parece perfecto.

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