Según los expertos, sabemos que cuando una persona corre, exhala unas gotitas pequeñas que quedan suspendidas en el aire durante 10 segundos en la zona de detrás del deportista, por lo que los expertos aconsejan que la distancia de seguridad respecto a ellos debería ser de 10 metros ya que si la persona está contagiada puede transmitir la enfermedad a los otros, a veces se es asintomático y no se sabe que se está contagiado, con lo que eso supone para la transmisión.
Durante los paseos diarios por Cuenca que vengo realizando observo a personas haciendo “deporte”, corriendo o en bicicleta, sin mascarilla y que no se dan cuenta, en el mejor de los casos, que deben cruzarse o separarse con el fin de guardar esa preceptiva distancia o en todo caso ponerse una mascarilla para proteger a los demás cuando corren por la ciudad.
A ellos me dirijo: Siempre se ha supuesto que las personas que hacéis deporte tenéis interiorizados los valores del “espíritu deportivo”, es decir el respeto hacia los demás, hacia las reglas, un mayor autocontrol y fuerza de voluntad.
El deporte hace que se cultive el espíritu deportivo, en la antigüedad ya se hablaba de “mens sana in corpore sano”, una frase muy sabia que quiere indicar que mente y cuerpo están interrelacionados y deben estar en equilibrio. La persona que hace deporte lo hace generalmente para obtener salud, pero la salud es un estado de equilibrio y armonía, no es solo física, la salud está definida como “Un completo estado de bienestar físico, psíquico y social y no solo ausencia de enfermedad (OMS, 1947)[i]”.
Salud, bienestar, armonía, todo ello se consigue también no solo haciendo deporte de manera automática, sino asumiendo el espíritu deportivo: respeto a los demás, respeto por las normas y autocontrol, es decir buscando también la armonía de la mente.
Deportistas, no olvideis ese espíritu deportivo que conlleva, por ahora y mientras dure la pandemia, esa separación de 10 metros y/o colocación de la mascarilla. Hacedlo aunque sea por egoísmo personal, porque además del cuerpo estaréis cultivando la mente, y eso hará que estéis más sanos, mas equilibrados y más completos y por tanto más felices al contribuir con vuestros actos al bien común. Todo lo que hagamos en beneficio de los demás redunda en el propio beneficio.
María Dolores Serrano Parra
Paseante de nuestra maravillosa Cuenca
[i] Organización Mundial de la Salud. Constitución. Geneva: Organización Mundial de la Salud. 1947; p. 1-2.