El grupo 13 de la tercera división de España nos trajo este fin de semana el encuentro que disputaron el Almagro y el Conquense, que correspondió a la jornada número 23 de las 38 con las que cuenta esta dura competición, en la que muy pocos logran el ansiado objetivo del ascenso a la segunda división B.
El buen juego de los de Cuenca en las últimas semanas lo hacían favorito en páginas de pronosticos deportivos, tras encadenar dos victorias consecutivas. Por contra, su rival, contaba por derrotas sus últimos partidos.
Con estos precedentes, daría comienzo un partido que contó con hasta seis goles, con un resultado final de 1 a 5, es decir, Almagro 1 - Conquense 5, que ni los más arriesgados con el codigo promocional Sportium vaticinaron tal número de tantos.
El pitido inicial nos mostraba una Unión Balompédica Conquense enchufada en el partido desde el primer minuto, prueba de ello es que en la primera llegada, anotaría un gol que era anulado por el colegiado.
Los de Cuenca siguieron empujando y fue en el minuto 20 cuando perforarían la meta del cuadro local, gol de Sahuquillo de cabeza.
El tanto que subió al marcador no hizo recular al Conquense, que con ganas de reivindicar su superioridad, siguió atacando, llegando el final de la primera parte con victoria por la mínima.
Ya en el segundo período, el Conquense volvió a la carga y vería su recompensa al pitar el colegiado una pena máxima que dejaba a su rival con 10 y que se encargaría de materializar Manzano.
Casi sin tiempo para asimilar el 0 a 2, llegaba el tercer tanto, esta vez, obra de Gérica y solo un minuto más tarde, con el 0 a 3 en el marcador, llegaría el gol local que ponía a un partido “loco”, el 1 a 3 en el casillero.
Todavía quedaban dos tantos por llegar y estos serían nuevamente para el Conquense, 1 a 4 obra de Chaves y el último, el definitivo 1 a 5, Basi.
Con este resultado llegaríamos a un partido con muchos goles, entretenido para los aficionados, sin ser para los locales que se vieron inundados de tantos en su portería ante su afición; que vale para que el Conquense se afiance en la parte superior, superando la psicológica barrera de mitad de tabla, concretamente, en séptima posición que le permite soñar con alcanzar las primeras posiciones y alejarse de la pesadilla de un nuevo descenso como el del año pasado.