Más de 200 estudiantes de Educación Primaria han visitado las instalaciones del Instituto Regional de Investigación Científica Aplicada (IRICA) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el Campus de Ciudad Real durante la jornada de puertas abiertas celebrada por el centro con el objetivo de fomentar en los más pequeños el gusto por la ciencia y transmitir el potencial que ofrece la experimentación a la hora de generar conocimiento.
En su segunda edición, alumnos de 6º de Primaria de los colegios Ángel Andrade, Alcalde José Maestro y José María de la Fuente de Ciudad Real, La Alameda de Poblete (Ciudad Real) y Santa Bárbara de Villacañas (Toledo) han tenido la oportunidad de conocer los laboratorios del IRICA y a sus investigadores, y han sido protagonistas de actividades relacionadas con las áreas en las que ellos trabajan como son la Química Analítica, Inorgánica y Orgánica, la Física y la Tecnología de los Alimentos.
Durante la visita, los investigadores han dado respuesta a cuestiones como si se puede inflar un globo sin soplar, si es posible hervir el agua sin calentarla, si pueden verse objetos 100.000 veces más finos que un cabello humano, si todas las bacterias son perjudiciales o si sólo respiramos oxígeno.
Además, durante la misma, los ‘pequeños científicos’ han experimentado con los cambios de color que se producen en reacciones de óxido-reducción y con materiales superabsorbentes, y han aprendido a distinguir los microorganismos que ayudan a producir los alimentos. Asimismo, y gracias a las imágenes de alta resolución de la microscopía electrónica, los escolares han visto estructuras nanométricas, y han podido reconocer como verdaderos catadores profesionales los sabores fundamentales y aprender las sustancias químicas que dan olor a distintos alimentos. Por último, los alumnos han realizado experimentos relacionados con la electricidad, el electromagnetismo, la gravedad y la presión atmosférica.
Los investigadores del IRICA aseguran que, además de todo lo aprendido, esta visita ha servido para que los niños “se den cuenta de que los científicos no son esos personajes chiflados de los cómics, sino que son personas normales que con su trabajo y experimentos intentan mejorar nuestra calidad de vida y resolver los problemas de la sociedad”.