El escultor José Estopiñá ha donado al Museo de Semana Santa de Cuenca la maqueta del grupo escultórico formado por la Virgen, San Juan Evangelista y María Magdalena, realizado en escayola por Luis Marco Pérez y perteneciente al Descendido. La autoría fue avalada por el maestro escultor y gran amigo de Marco Pérez, Francisco Teruel Francés. La donación se hizo efectiva el pasado 6 de abril. La familia de José Estopiñá se desplazó hasta Cuenca para traer la escayola, que fue recepcionada oficialmente por la contadora de la JdC, María Marco.
"Mi padre entró como aprendiz del maestro imaginero Francisco Teruel Francés (Barcelona,1897 - Valencia,1963) en el taller sito en la calle Cronista Rivelles, 7 en Valencia cuando tenía 14 años, allá por el año 1942" explica Engracia Estopiñá, hija de José Estopiñá Ribes. "Su maestro ya poseía la pieza de escayola atribuida a Luis Marco Pérez (Fuentelespino de Moya, 1896 - Madrid, 1983)" prosigue, detallando que Teruel Francés "le comentó a mi padre: Xiquet, eixa figura és d'un artista molt important amic meu qui ha sigut premiat. Se refería a Luis Marco Pérez" asevera.
Engracia recuerda que en aquella época se llegó a hablar de que Marco Pérez "volvería para firmársela y eso no ocurrió. Una lástima" reconoce. Con el tiempo "Francisco Teruel se jubiló y mi padre continuó con el taller. Y una vez fallecido, su viuda se llevó lo que consideró, dejando la pieza de escayola que mi padre ha conservado hasta ahora" rememora Engracia.
La hija de José Estopiñá recalca que "nunca mi padre ha tenido intención de vender la figura". En los años 90, José Estopiñá se puso en contacto con el Museo de Cuenca para la cesión de la figura, explica Engracia, quien considera que "esa llamada se malinterpretó". La pieza cayó en el olvido. "Al jubilarse mi padre, todo el contenido del taller fue a un bajo de su propiedad, hasta el momento en que iniciamos la obra de una finca unifamiliar a finales de 2017 y dicha obra nos obligó a vaciar el bajo que había servido como almacén" refiere Engracia.
Fue entonces "cuando mi padre me habló de su intención de donarla" detalla Engracia, quien cuenta que, tras valorar diferentes opciones, finalmente tuvo noticia de la existencia del Museo de Semana Santa de Cuenca y tanto ella como su padre estuvieron de acuerdo en donar la pieza para enriquecer el Espacio Marco Pérez.
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