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La España vaciada: tierra de nadie, tierra de todos
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La España vaciada: tierra de nadie, tierra de todos

Por Redacción/ EFE
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sábado 30 de marzo de 2019, 08:00h

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Cuando en 1525 Sarnago, un pueblo castellano de la provincia de Soria, era el principal exportador de lana a Europa, poco podrían imaginar sus habitantes que hoy solo el aire frío de la sierra recorrería esas calles entonces repletas de vida.

En aquella época, cuando más de tres millones de ovejas pastaban en los alrededores de Sarnago, la despoblación era un concepto muy lejano y nada parecía augurar el final de un pueblo que en el año 1976 perdió al último de sus moradores.

Se llamaba Aurelio y con su muerte se apagó la vida en este municipio situado en la comarca soriana de Tierras Altas, que ahora recupera el latido gracias a los hijos de aquellos que un día tuvieron que abandonar sus raíces para buscar futuro en otros lugares de España o del mundo.

Sarnago es sólo el reflejo de una Soria despoblada - actualmente la provincia con menos índice poblacional de toda España con una densidad demográfica de 8 habitantes por kilómetro cuadrado- que se resiste a desaparecer.

También es el espejo en el que se miran otras tantas zonas rurales españolas, que han perdido en los últimos diez años un cuarto de millón de habitantes.

Mientras en el conjunto del país la población se duplicaba a lo largo del siglo XX, Castilla y León, la comunidad a la que pertenece Sarnago, apenas creció y mantiene una tendencia a la pérdida de habitantes desde 1960, sin que los cambios políticos y económicos hayan modificado significativamente esta orientación.

"Estamos hablando de una zona casi desértica. Somos el último estadio de la población en este país", señala a Efe presidente de la Diputación Provincial de Soria, Luis Rey.

"Hablamos de una población envejecida y somos el ejemplo de lo que ha de pasar en otros lugares de este país", añade.

De hecho, Castilla y León ocupa el primer puesto a nivel europeo con mayor presencia de personas octogenarias, según datos de Eurostat facilitados por la Fundación Renacimiento Demográfico.

La crisis demográfica en España fue consecuencia de la industrialización del país, focalizada en los grandes puertos de mar y en las capitales de provincia que se llevaron a gran parte de la población de los sitios rurales.

Esa crisis acabó con poblaciones como Sarnago, que hoy cuenta con una asociación de amigos, descendientes de primera y segunda generación que trabajan por la recuperación del pueblo, simplemente "porque es algo que le debemos a nuestros antepasados".

"Para la primera generación era ser muy valiente lo de regresar al pueblo. Si no venían en los primeros años, ya no lo hacías", explica a Efe José María Carrascosa, presidente de la Asociación de Amigos de Sarnago.

La asociación surgió hace 30 años y lleva ya restauradas 25 viviendas con un presupuesto que nace fundamentalmente de sus bolsillos.

"Nuestro presupuesto es escaso, pero nos mantiene a ilusión", dice Carrascosa, de 53 años, quien tiene muy claro que para conseguir repoblar la zona "hay que darle otro enfoque" y dejar de pensar en cómo se vivía en el pasado.

La aparición de Internet y de las nuevas tecnologías han supuesto una segunda oportunidad para el mundo rural.

"Con la segunda generación estamos ahora en una nueva oportunidad de volver a repoblar estas zonas, aunque sea primero como segunda residencia. Si se les mete el veneno en el cuerpo ellos serán los que decidan venir a vivir aquí y tomárselo de otra manera", asegura Carrascosa.

LA LUCHA DE LAS NUEVAS GENERACIONES

Unidos en la plataforma Soria Ya!, más de una treintena de jóvenes han tomado el relevo generacional y dedican sus ratos libres a reivindicar un mejor reparto de los fondos de cohesión social europeos para evitar que su ciudad y su provincia desaparezca.

Las redes sociales se han convertido en fuertes aliados en una lucha que llevarán a Madrid este domingo junto a los miembros de Teruel Existe y a otras 73 asociaciones en las que se ven representadas 22 provincias españolas bajo el lema "Revuelta por la España vaciada".

"Nos hemos visto en la necesidad de emprender esta lucha reivindicativa para que la provincia de Soria no desaparezca. Estamos en una situación muy crítica", señala a Efe Fernando Arévalo Jiménez, portavoz de Soria Ya!.

La falta de oportunidades para los jóvenes, la poco o nula inversión en industria, infraestructuras o en servicios y derechos sociales como la sanidad, han ido mermando la población de la provincia que ha pasado de tener 164.000 habitantes en los años 50 a los 89.000 actuales.

"Soria quiere y tiene futuro, pero eso pasa por que el dinero que ya Europa contempla para estos casos llegue a los sitios que realmente lo necesitan", dice Árevalo.

"Nosotros denunciamos que hasta ahora los fondos europeos, gestionados a través de las comunidades autónomas, no han sido bien repartidos, no han llegado hasta aquí, y reclamamos que vayan a los territorios que realmente los necesitan", añade.

LA DESPOBLACIÓN EN LAS CIUDADES

Pero la despoblación ha dejado ya de ser un proceso vinculado únicamente a las áreas rurales para convertirse en un fenómeno mucho más generalizado, que afecta también a ciudades pequeñas e intermedias y a las capitales de provincia de España.

El 63 % (casi dos tercios) de las ciudades españolas de entre 20.000 y 50.000 habitantes, entre las que se engloba Soria (39.171), están perdiendo población desde 2011, según el estudio "La despoblación en España: un análisis de la situación" presentado recientemente.

"Para cambiar eso necesitamos proyectos políticos, tener un claro mapa de necesidades y que nos hagan saber de qué lugar partimos en la línea de salida. Sólo así podremos conseguir que todos podamos competir en condiciones igualitarias", explica a Efe el alcalde de Soria, el socialista Carlos Martínez.

Y es un reto "muy complejo" -añade-, porque la despoblación "es la consecuencia de unas políticas públicas absolutamente equivocadas, que han priorizado la inversión en determinados territorios, abandonando a su suerte a otros".

La parte positiva es, señala, "que ahora somos conscientes de que la despoblación es un problema que tiene todo el estado español y hoy en día también toda la Unión Europea en su conjunto".

"Si entendemos esto como si fuera una enfermedad, Soria puede ser uno de los territorios en un estado más grave, pero el problema es común. Por tanto, necesitamos políticas transversales que luego no se perviertan y distintas a las que se han estado aplicando en todo este tiempo", concluye.

Alida Juliani

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