El debate sobre el carácter educativo de lo videojuegos se aviva diariamente en esta época de los millennials y la tecnología.
Para muchos, los videojuegos son un dañino entretenimiento para los chicos. Para otros, las discusiones relacionadas al juego como ruleta en línea vs ruleta en vivo o Minecraft vs LEGO® realzan interesantes puntos del proceso educativo de los más pequeños
El origen de los juegos
Para el año 3000 A.C. se tiene la primera referencia sobre un juego humano. Se cree que cerca del año 2000 A.C., ya existía en China un entretenimiento similar al fútbol que conocemos hoy. Luego, nacieron los juegos olímpicos, las cartas, los juegos de azar y finalmente muchos de los deportes que todos hemos visto hoy.
La tecnología hizo posible la llegada de los videojuegos. El primero que involucraba una computadora que brindaba interacción fue el famoso Tennis For Two, desarrollado en 1958. La dinámica era simple, dos jugadores controlaban una especie de raqueta digital mediante un control periférico, la finalidad era anotar puntos logrando que el otro jugador fallase la pelota.
Por estos días, videojuegos con Red Dead Redemption 2 y Spider-Man sumergen al jugador dentro de una realidad muy diferente al videojuego en pantalla negro y blanco que se vio por primera vez 1958.
Los videojuegos nacen como una respuesta natural a la búsqueda de entretenimiento de las personas. Tan simple como eso. Hoy son digitales porque vivimos en una época digital, pero siempre son un reflejo de la sociedad.
Por ejemplo, en la obsesión que existía por las matemáticas en el siglo XVII, Blaise Pascal desarrolló el juego que hoy conocemos como la ruleta, el cual nació como parte de sus desarrollos para la teoría de la probabilidad.
Otro ejemplo es el nacimiento de los juegos romanos, los cuales nacieron como una respuesta de Roma para la necesidad de dominación de las masas, las cuales se mantenían entretenidas con estas competiciones y los hechos atroces que ocurrían en los coliseos.
¿Los videojuegos pueden enseñar algo a los niños?
Para responder, volvemos a tomar nuestros dos ejemplos anteriores: la ruleta y los juegos de circo en Roma.
Hoy es un juego de azar, pero la ruleta nació como un juego matemático. Su naturaleza se ha desvirtuado, pero de igual manera sirve para aprender sobre probabilidades matemáticas. Por otro lado, el entretenimiento romano conocido como Votivos, puede ser considerado brutal aún por estos días y la historia buscará olvidarlo en lugar de repetirlo.
Entiéndase con estos ejemplos, que existen videojuegos de los cuales hay mucho para aprender y otros que tristemente no tiene mucho para enseñar.
Videojuegos bélicos, ambientados en guerras reales o futuristas, sirven para aprender sobre dinámicas de poder y comportamiento militar, pero quizás carecen de aprendizaje más práctico como el que podrían dar juegos como Minecraft, donde la imaginación de los pequeños los lleva a crear un mundo donde ejercitan la construcción de formas, el pensamiento abstracto y la ubicación especial.
Otros videojuegos como el póker, la ruleta y los juegos de azar en general, pueden ser grandes instrumentos para enseñar matemáticas, pero pueden acabar por ser peligrosos si las ansias de a ganar dinero se anteponen al entretenimiento y la educación. Por lo que se consideran juegos para adultos.
Matemáticas, lengua, ingeniería, conducción, y hasta la historia puede aprenderse gracias a los videojuegos como Age of Empires o Assassins Creed.
Por supuesto que los videojuegos tienen sus peligros, pero si se les juega con control y se está entre las edades recomendadas para jugarlo, entonces hay muchos más aspectos educativos para explotar.
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