El artista Tomás Viana Arroyo muestra obra en Mira
viernes 17 de agosto de 2018, 16:05h
En la localidad de Mira se inauguró el pasado lunes la exposición de Tomás Viana Arroyo en la que se reúnen una treintena de obras entre óleos, acrílicos y escultura, realizados exprofeso para la misma, gestada entre la concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Mira, con Miriam Lava a la cabeza, y el propio artista.
Tomás Viana no defrauda, es un trabajador incansable y eso se nota en su obra, que da un giro para acercarse a los colores del expresionismo en sus óleos y acrílicos, y en la geometría con el alambre en su escultura -sus anteriores obras tenían gran influencia del mosaico-. Aunque el color es parte de su obra, como ya demostró en su serie dedicada al arte Pop en serigrafías de cabezas de mujeres -destacable la de la actriz Audrey Hepburn-, estamos acostumbrados a una pintura que roza el hiperrealismo, como es el caso del enorme lienzo de la custodia que se conserva en el altar mayor de la iglesia de la población, o la magnífica vista del casco urbano desde la Serna.
Con esta muestra rompe con su estética habitual para regalarnos una experiencia única a la vista y por lo tanto a nuestros sentidos, entrando en un universo catalizado por el color. A través de su uso, una técnica a base de colores básicos y estridentes, nos transporta a otra dimensión por su acertada disposición y combinación entre estética y trazo, dando forma en algunas creaciones a auténticos rompecabezas que rozan lo onírico. Aunque no solo debemos quedarnos con el colorido, sino poder llegar a percibir la gran influencia de grandes maestros como Matisse, Chagall, Picasso o Miró, e incluso el propio Manolo Valdés.
No puede pasar por alto la presencia cuasi desapercibida del collage entre algunos de sus acrílicos donde podemos encontrar un submarino inserto en lo que se interpreta como una vista de Mira -por la presencia de tres cruces en lo alto-, o el pose de unas modelos de los años cincuenta que acompañan a una curiosa maternidad.
Como bien apunta el propio artista en el folleto de la exposición: “cada espectador podrá juzgar y descifrar en su lectura del cuadro situaciones, semejanzas y diferencias como si de un jeroglífico o rompecabezas se tratara. Al final el buen o mal gusto estético de la obra, como no puede ser de otra manera, prevalecerá siempre bajo el criterio objetivo de cada espectador”.