Actualmente está finalizando el segundo censo de aves esteparias reproductoras en el marco del proyecto Estepas de La Mancha que cuenta con el apoyo del programa LIFE de la UE y del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad. El segundo censo, junto con los censos realizados en el invierno de 2017-2018 y primavera 2017, arroja datos de indudable valor que suponen una primera aproximación al estado de conservación de las poblaciones de aves esteparias en zonas Red Natura 2000 de Castilla La Mancha. Esto supone un punto de partida para conocer tendencias futuras y evaluar así la necesidad de mejora en la gestión o la efectividad de las medidas de conservación que se están implementando. Castilla-La Mancha, en concreto, es uno de los últimos refugios para estas especies, alberga el 40% de la población europea de avutarda y ganga ibérica, entre el 10-20% de alcaraván y el 35% de la población mundial de sisón.
Todos los hábitats valiosos no son siempre naturales, las estepas manchegas son un hábitat de origen antrópico, es decir, existen gracias a la intervención humana y a pesar de ello son un ambiente único que alberga una gran biodiversidad. Cultivos de cereales que en su día eran extensivos, setos, linderos, y prácticas como la rotación de cultivos o el barbecho; contribuyen a formar un mosaico paisajístico que favorece una biodiversidad característica y original. Las aves ligadas a estos sistemas, las aves esteparias, son especies escasas y en muchos casos amenazadas, incluidas en listados y normativa, como la normativa europea Directiva Hábitat. En los últimos años, los elementos paisajísticos que componen la estepa manchega se están deteriorando debido a factores como la intensificación de cultivos, el regadío o el abandono del pastoreo extensivo. La implementación de medidas agroambientales se ha convertido en la herramienta necesaria para frenar la pérdida de poblaciones de aves esteparias.
Aves esteparias y sus poblaciones en la estepa manchega
El pasado censo de aves esteparias reproductoras de 2017 determinó que el conjunto de las especies presenta, en valores de densidad o abundancia, rangos menores a lo esperado con los datos encontrados referentes a la zona de trabajo, demostrando además una gran variabilidad entre las cuatro Zonas de Especial Protección para las Aves. En general, los dos primeros censos realizados alertan sobre una disminución de las poblaciones de cernícalo primilla, avutarda común, sisón común, alcaraván común, la ganga ortega y la ganga ibérica. Sin embargo, el aguilucho cenizo ha presentado datos más optimistas con respecto a censos anteriores.