Traumatología destaca la importancia de diagnosticar y tratar precozmente las displasias de cadera infantiles

Lograr que los pacientes infantiles que tienen una displasia de cadera sean diagnosticados y tratados cuanto antes, de forma eficaz y rápida, para evitar una patología seria que puede conducir a una artrosis prevalente en pacientes no tratados y que puede requerir cirugías severas y agresivas en la edad adulta, ha sido el objetivo de la Sesión Clínica que ha presentado en el Hospital Virgen de la Luz la doctora María Pilar Peña Fernández, facultativo del Servicio de Traumatología del centro hospitalario conquense.

“Actualización sobre la displasia de cadera infantil” ha sido el título de la Sesión en la que se ha abordado esta patología que se presenta como un desarrollo anormal de la cadera, normalmente durante el embarazo. Esta luxación de la cadera ocurre cuando la cabeza del fémur del niño y la cavidad de la pelvis no encajan de forma exacta y rotan en posición incorrecta.

Según ha señalado la traumatóloga en este tipo de casos es fundamental hacer un diagnostico fehaciente desde el nacimiento y llevar a cabo un tratamiento desde el inicio, en edades precoces, para poder evitar posteriores tratamientos más agresivos.

“Tenemos que lograr diagnosticar a los niños de forma precoz, en los primeros días tras el nacimiento, ya que realizando un seguimiento estricto se pueden llegar a evitar las cirugías y corregir esta patología”, ha indicado.

La doctora Peña ha destacado la importancia del trabajo que en este sentido realizan tanto desde el Servicio de Pediatría del Hospital de Cuenca, como los pediatras o médicos de familia de Atención Primaria para realizar un diagnóstico correcto de estos niños tras el nacimiento.

“Pediatría se pone en contacto con Traumatología y los citamos de forma urgente-preferente para tratarlos cuanto antes, sin lista de espera de consulta”, ha informado.

En cuanto a la prevalencia de esta patología, la especialista en Traumatología del Virgen de la Luz ha indicado que no se trata de casos muy frecuentes. “Según los datos que manejamos puede afectar a entre 1 y 1,5 niños por cada mil recién nacidos, pero sí nos encontramos algunos casos y es fundamental comenzar cuanto antes el tratamiento para evitar tener que desplazarlos a otros centros para intervenciones quirúrgicas”, ha concluido.