La Fuga tiene por objeto despertar en la imaginación lo que puede suceder en Cuenca si la ciudadanía permite que el ATC se instale a 40 km de sus hogares. El rodaje de este cortometraje de ficción nace con la intención de mostrar qué ocurriría si algo falla en la compleja gestión de los residuos radiactivos. Como dijo el premio nobel Daniel Kanheman: “El evento improbable ocupa el foco de atención cuando se terminan por especificar sus consecuencias”. Existe un enorme vacío de información sobre el cementerio nuclear y la peligrosidad que representa, y La Fuga quiere llenar ese hueco con imágenes cinematográficas. Al estilo de otras series y películas, La Fuga quiere llevar a la pantalla la más rabiosa actualidad de nuestra comunidad. Como film de ciencia ficción, se aproxima a los planteamientos de la serie Black Mirror por lo que tiene de introspección psicológica y desvelamiento sociológico.
El film señala el contrasentido de la construcción de un ATC en una provincia que siempre se ha definido por sus parajes naturales, su patrimonio histórico y su riqueza gastronómica. Junto a ello, los visitantes siempre han encontrado en Cuenca un espacio con una oferta artística y cultural de alcance internacional. La amenaza de la instalación de un cementerio nuclear pone en cuestión este modelo socioeconómico. Un estigma que dañará un esmerado trabajo de años por convertirnos en destino turístico y que puede evaporar el medio de vida de cientos de conquenses y castellano manchegos.
“Queremos que Cuenca sea Cultura y Naturaleza, no la eterna sede de un silo radiactivo”, destacan los impulsores
La Fuga, de la que es impulsor el escritor y científico Eduardo Soto, cuenta hasta el momento con un grupo de más de cien colaboradores. Destacan los perfiles venidos del mundo del cine, las escuelas de teatro o las facultades de Periodismo y Bellas Artes. Un proyecto que se está nutriendo de jóvenes con ideas emergentes y que planea encontrarse en el camino también con grandes nombres del séptimo arte conscientes de que la amenaza nuclear supone severas consecuencias globales. La Fuga está abierta a todos los apoyos que se le quieran sumar y servirá a su vez de caldo de cultivo para la germinación de diferentes propuestas artísticas, concursos y acciones divulgativas en la provincia y en toda CLM.
La Fuga hace un llamamiento a instituciones públicas y privadas, a los empresarios de hostelería, a las bodegas, a los ganaderos, a los agricultores y a los fabricantes de productos alimenticios para que apoyen el film, o para que hagan un esfuerzo por informarse adecuadamente sobre el ATC antes de aceptar una decisión que puede condicionar el futuro de sus negocios y el buen nombre de Cuenca en los próximos, cuando menos, 60 años, cuando más, 60 siglos.