La lluvia no impidió que la Corporación Provincial cumpliera con la tradición de asistir a la Misa del Viernes de Dolores en las Angustias
domingo 25 de marzo de 2018, 01:20h
Para la Diputación Provincial de Cuenca el Viernes de Dolores tiene una especial relevancia y significado. Y es que, como manda la tradición, la Corporación Provincial asiste a la Solemne Función Religiosa en la Ermita-Santuario de la Virgen de las Angustias, Patrona de la Diócesis de Cuenca, coincidiendo con el tradicional besamanto, que congrega a cientos y cientos de fieles a lo largo de la jornada. Es por ello que la actual Corporación Provincial prácticamente al completo, encabezada por su presidente, Benjamín Prieto, acudía este viernes, pese a la intensa lluvia, a la Misa Concelebrada y presidida por el obispo de Cuenca, José María Yanguas, que volvió a reunir a numerosos conquenses que abarrotaron esta bella ermita, viéndose obligados algunos de ellos a permanecer en pie durante todo el oficio religioso.
La imagen de la Patrona de la provincia presidió la solemne función religiosa, en la que la Real e Ilustre Congregación de Esclavos de Nuestra Señora de las Angustias quiso obsequiar, de la mano de su secretaria, Raquel Bachiller, a la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad (de San Agustín), con la que está hermanada, entregándole un corbatín para su estandarte, que, precisamente, fue bendecido previamente por el prelado de la Diócesis.
Al término de la Eucaristía, y como es preceptivo, los miembros de la Corporación de la Diputación pasaron por el camarín de la Virgen para besar su manto y mostrar, de esta manera, sus respetos a la Patrona con quien tantos lazos une a la institución provincial. Momento éste que, como viene siendo habitual, marcó el preámbulo del arranque oficial de la Semana Santa, que tendría lugar una hora más tarde en la iglesia de San Miguel con el pregón de la periodista conquense, Pilar Ruiperez, y al que tampoco faltaron los miembros de la Corporación Provincial.