Escribo este artículo en mi condición de concejal del Ayuntamiento de Cuenca, y bajo mi estricta responsabilidad.
El aparcamiento que no pudo ser, el agujero que permanece como testimonio de un fracaso, la grave afectación a los vecinos, a las instalaciones educativas y a toda la zona, y la impotencia para llegar a una solución según corren los años, apelan ya a la dignidad de los conquenses.
No es momento de mirar atrás, es hora de una solución que deje de abochornarnos cada vez que pensamos en ello, o paseamos, es un decir, por las inmediaciones.
Y antes que apelar a la responsabilidad de otros, voy a dar cuenta de la mía.
El Grupo Municipal Socialista, al que pertenezco como concejal independiente, tuvo que pronunciarse en el último Pleno del año ante a un proyecto presentado por el equipo de gobierno que, en esencia, venía a resolver la imposible viabilidad económica del aparcamiento de Astrana Marín con la compra por el Ayuntamiento de 65 plazas por importe de un millón doscientos mil euros. Construcción y explotación a realizar mediante concesión a 40 años y sin canon alguno a pagar al Ayuntamiento por la empresa finalmente adjudicataria.
Si la solución de tapar el agujero era mala, la de gastar este dinero en un Ayuntamiento endeudado como el nuestro no parecía necesariamente mejor. Debemos añadir la incertidumbre sobre el futuro de una concesión que, incluso con la inyección de dinero público, podría finalmente resultar inviable y cargar aún más las arcas municipales.
En el momento de la votación, y solo puedo y debo hablar por mí, desconocía proyecto alguno del gobierno regional, o por mejor decir de un empresario que se hubiera dirigido al mismo con intención de promover un hotel en Cuenca, entiendo que por el carácter privado e incipiente del mismo.
El debate en Pleno se puede ver en la Web del Ayuntamiento, (minuto 0:39:5), y no soy quién para hacer la exégesis de lo que allí ocurrió. Sí es palmario que Izquierda Unida votó también en contra del proyecto, y que Ciudadanos, socio de investidura del Alcalde, se abstuvo.
Vano es negarlo, no dimos solución al agujero, pero justo es decir que una solución urgente y necesaria no equivale a cualquier solución, y que no por ello el equipo de gobierno dejo de cumplir con su obligación de intentar una solución que, finalmente, no logró el apoyo de ninguno de los grupos de la oposición.
Y llegados a este punto, acabamos de conocer de mano del Presidente Regional que un grupo empresarial estaría dispuesto a construir un hotel con centro de convenciones en los terrenos de la antigua Escuela de Magisterio, con el compromiso también de comprar las plazas que el aparcamiento necesita vender para resultar económicamente rentable.
Entiendo que el Alcalde, tal como ha manifestado en su primera reacción ante el anuncio, se considere ofendido por tener que enterarse por la prensa, si es que ha sido así, de un proyecto de tal envergadura en la ciudad. Pero en modo alguno alcanzo a comprender que sea este motivo suficiente para oponerse a un proyecto de inversión privada, si es que este fuera útil y necesario.
Y resulta que, a mi entender al menos, lo es y mucho, por los siguientes motivos.
Incremento de la planta hotelera. Y quede aquí constancia de mi reconocimiento a los hoteleros de Cuenca, ahora, siempre y muy especialmente en los años más aciagos de la crisis, auténticos héroes por aguantar, junto al resto del empresariado conquense, el vendaval de una crisis en una tierra que venía de tantas otras crisis. Pero la libertad de empresa exige libre competencia, el incremento de la oferta hotelera vendría a impulsar la demanda, sobre todo si se dan otras condiciones y, lo que es más importante, el proyecto viene con palacio de congresos incluido, lo que traería ese turismo de reuniones que todo el mundo quiere, porque gasta el doble de la media y porque es un turismo desestacionalizado y en días laborables.
No repartamos miseria. No se trata de competir por el mercado actual, se trata de ensancharlo en un sector, como el turístico, que tiene en Cuenca un gran recorrido por delante. La idea fuerza de duplicar su volumen de negocio es un objetivo tan ambicioso como realista.
Solución urbanística integral a la zona y dinamización económica. No en vano tenemos en esa entrada de la ciudad el Centro de Recepción de Turistas, y en su momento se programó, y sigue siendo una decisión válida, un aparcamiento en parte disuasorio para quienes nos visitan. Convertiríamos una zona que es un descampado insalubre en un foco que irradie dinamismo y riqueza hacia el centro de la ciudad, permitiendo además itinerarios peatonales que forman parte de la justificación de un aparcamiento público en este emplazamiento. Estamos ante una gran operación urbanística que incluye trasladar el Luis Yufera, recordemos que la Comisaría también se va a trasladar, pensemos que República Argentina saldrá de su ostracismo, que calles como Colón y Carretería podrían mostrar todo su potencial como centros de comercio y hostelería.
Garantía de viabilidad del aparcamiento, precisamente en la solución propuesta por nuestro Ayuntamiento, y ahora sin coste alguno para los conquenses.
En resumen, que un empresario, o grupo empresarial, se decida a invertir en Cuenca, es una gran noticia que debe ser acompañada desde el primer momento de todo tipo de facilidades. Vale lo mismo para la construcción y explotación del aparcamiento, como para el hotel y centro de convenciones.
Por otra parte, si el expediente administrativo es complejo, como ya se ha anticipado, no debe ser nunca motivo de inacción, y más aún cuando, como hemos dicho, se trata de dar solución a un gravísimo problema.
Por tanto, quiero pedir al Presidente Regional y al Alcalde de Cuenca que hagan lo necesario para que los conquenses podamos cambiar el bochorno que sentimos por el agujero de Astrana Marín por la ilusión de un proyecto de futuro para la ciudad.
Y termino como empecé, asumiendo mi responsabilidad y pidiendo disculpas porque en el Pleno del día 11 de diciembre de 2017, los concejales de Cuenca no dimos una solución al agujero de Astrana Marín.
Espero y deseo que el Pleno del Ayuntamiento de Cuenca vuelva a considerar la solución a esta grave situación, en la certeza de que todos los concejales de la corporación estaremos a la altura de lo que los conquenses nos demandan.
Jesús Neira Guzmán.