Entre gritos de "asesino", "miserable" y "queremos justicia" ha salido esta noche Sergio Morate tras casi once horas sentado en el banquillo como único acusado del crimen de Marina Okarinska y Laura del Hoyo en verano de 2015, al término de la primera jornada de la vista oral de este juicio que se celebra en la Audiencia provincial de Cuenca.
Las hermanas de Laura del Hoyo y la de Marina, y las madres de ambas han esperado a Morate a la salida de la Audiencia, quien ha bajado de nuevo las escaleras a la carrera custodiado por dos agentes de la Guardia Civil hasta el furgón que le trasladará hasta la cárcel madrileña de Estremera.
Resguardado bajo la capucha de su chándal, igual que ha entrado esta mañana, ha recorrido a pie el corto trayecto mientras escuchada los gritos de "miserable" y "asesino" que vertían los familiares de las chicas, en unos minutos de mucha tensión en los que se ha tenido que cortar el tráfico en la zona.
Sólo las antorchas y los flashes de las decenas de medios de comunicación iluminaban el momento a la caída de la noche, mientras los familiares se acercaban al furgón en el que iba Morate para que no dejara de oír sus gritos de rabia y dolor, aunque han sido retenidos por los agentes de la Policía Nacional.
Allí, tras la marcha de Morate, al que el Ministerio Fiscal pide 48 años de cárcel por la muerte de las chicas, la madre de Laura del Hoyo, María Chamón, ha agradecido la labor que realizan estos días los periodistas que han seguido el caso.
"Muchas gracias a los medios de comunicación por vuestro apoyo y colaboración", ha agregado Chamón, quien ha abandonado la zona junto al resto de sus familiares.
La vista oral se reanudará mañana, martes, a las 9.30 horas con la declaración de veinte testigos y diez Policías Nacionales.
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