A las 5:30 horas, la procesión del Camino del Calvario salió de la iglesia de El Salvador en Cuenca, destacando la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Desfiló con esculturas y culminó en la Plaza Mayor, donde se detuvo para el Miserere antes de finalizar en el Salvador.
A las 5:30 horas y desde la iglesia parroquial de El Salvador salió la procesión de Camino del Calvario, la primera de las tres que vivió Cuenca en ese Viernes Santo en que la ciudad, nazarena, no durmió ni descansó.
Tras el guión morado de la Real, Antiquísima, Ilustre y Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno - de El Salvador -, marchó el grupo escultórico de Nuestro Padre Jesús Nazareno ayudado por el Cirineo, tallado por Marco Pérez. En perfecto orden desfiló esta Hermandad con un segundo Misterio, el de La Caída, descendiendo por Alonso de Ojeda y Puerta de Valencia hacia Las Torres, Aguirre y Carretería.
Tras ellos, procesionó San Juan Apóstol Evangelista con su palma al viento, bendecida el Domingo de Ramos. Cerró el cortejo la V. H. de Ntra. Sra. de la Soledad (vulgo de San Agustín) con sus dos pasos: el Encuentro de Jesús con su Madre Camino del Calvario – talla que representa en Cuenca la primera vez que la Madre ve al Hijo en su tránsito de cruz – y la Virgen de la Soledad de San Agustín.
El cortejo subió por la Trinidad y Palafox hasta las ya famosas Curvas de la Audiencia y llegó por Andrés de Cabrera y Alfonso VIII a la Plaza Mayor. El desfile hizo la bajada en el mismo orden de subida. Se detuvo en San Felipe Neri para el esperado momento del Miserere y accedió por el Peso y Solera al Salvador, finalizando pasada el mediodía.