Ya se ha conseguido un importante avance que se encamina hacia “una medicina personalizada”, como indica el investigador Ricardo Sánchez, quien asegura que “no hay dos tumores iguales, aunque puedan parecer idénticos la base genética es distinta”.
En esta investigación, “hemos descubierto que aquellos tumores que tienen una mutación en un gen determinado, no funciona esta combinación de radioterapia y este fármaco”, explica. Sin embargo, “si el paciente tiene otro gen diferente, sí funciona”. Un trabajo que demuestra que la combinación de este nuevo fármaco sumado a la radioterapia podría mejorar considerablemente la eficacia de ésta y que, además, permita adaptar las terapias a los pacientes. Este fármaco de “última generación funciona como agente radiosensibilizante, es decir, que la combinación del fármaco con la radioterapia aumenta el efecto antitumoral”, como indica Ricardo Sánchez. En este momento, ya está en marcha en ensayos clínicos.
“Hay muchos casos de cáncer en los que no se puede extirpar, es decir, no son operables”, y señala que, por este motivo, “hay que recurrir a la quimioterapia o radioterapia”. De esta manera, “lo que podemos hacer en un futuro es elegir a aquellos pacientes donde va a funcionar la terapia: así, ganas tiempo y no sufren los efectos secundarios que deja en el organismo una terapia que no funciona”.
En cuanto a los sarcomas, tumores poco estudiados pero muy agresivos, en los últimos años el tratamiento ha tenido una gran expansión con el uso de fármacos dirigidos a dianas moleculares. Aunque, su incidencia alcanza el 15% en menores hasta la adolescencia. Estudiando el papel de los genes y las bases moleculares de la transformación, inoculando un carcinógeno a ratones, lo han ligado a un gen concreto. La buena noticia es que esperan resultados a final de año para lograr terapias dirigidas.
Mejorar la eficiencia de las terapias se ha convertido en el gran objetivo por el que aúnan fuerzas estos investigadores de Albacete. Desde este laboratorio se trabaja en lo que en “un futuro será la medicina personalizada”, como explica Ricardo Sánchez, que señala que “lo que hacemos es sentar las bases para poder plantear ensayos clínicos, y apostar por una terapia personalizada”, con la idea de que cada paciente tenga “una terapia a la carta” porque cada uno es un mundo.