La democracia juega un papel cada vez menor en nuestra ciudad. Cuando los políticos quieren acometer cambios en vez de tener en cuenta o consultar la opinión de la ciudadanía los ejecutan por decreto. Esta manera autoritaria de hacer política es una señal de que ellos detentan el poder, pero también suprime nuestro derecho a la participación. Lo singular es que al alcalde y concejales que mandan en el ayuntamiento de Cuenca se les llena la boca hablando de las asociaciones ciudadanas. Pero “la conducta vale más que los discursos que se pueden pronunciar” (Rodolfo Llopis); sus palabras solo sirven para ocultar el disgusto que les produce la participación. Quizás por este motivo, cuando las gentes acuerdan medidas en defensa de sus derechos, el ayuntamiento tiende en ocasiones a no respetar sus demandas.
Un ejemplo que muestra hasta qué punto a las autoridades municipales les incomoda que la ciudadanía participe es lo sucedido con la Asamblea Extraordinaria de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de septiembre del 2022. La Asociación acordó dirigirse al ayuntamiento para comunicar que sus prioridades eran la limpieza, el estado de las aceras, la seguridad, el transporte público, el control del tráfico y los aparcamientos de residentes, antes que un proyecto de escaleras mecánicas para facilitar la subida de turistas
https://www.vocesdecuenca.com/opinion/el-estado-del-arte-en-el-casco-antiguo-a-dia-de-hoy/. Pero el ayuntamiento y el gobierno de Page, prescindiendo absolutamente de la opinión expresada por la asociación, comunicó en agosto del 2023 su decisión de financiar con fondos europeos el proyecto de las escaleras mecánicas al casco. La obra presupuestada en torno a los 15,6 millones de euros está financiada por la Junta, el Ayuntamiento y los fondos del Plan de Resiliencia.
El desprecio del alcalde hacia la participación ciudadana llama la atención porque Darío Dolz en su programa electoral de 2019 tenía el compromiso de activar la participación celebrando un foro anual, en el que los ciudadanos evaluarían el grado de cumplimiento del programa y participarían en la priorización de las actuaciones futuras. (
https://www.cuencanews.es/noticia/66262/cuenca/dolz-presentara-en-los-proximos-dias-un-programa-electoral-barrio-a-barrio.html ). Si el alcalde no ha celebrado esos cuatro foros anuales prometidos, es porque prefiere no rendir cuentas ante la ciudadanía sobre las medidas adoptadas y las que tiene pendientes.
Si Dolz hubiera convocado uno de esos foros, es probable que la ciudadanía le hubiera preguntado ¿por qué actuó en contra del acuerdo unánime del pleno del ayuntamiento de Cuenca, de 25 de marzo de 2021, que solicitaba la renovación y modernización de la línea ferroviaria Madrid-Aranjuez-Cuenca-Utiel dañada por la tormenta Filomena? También, ¿por qué apoyó el pacto de los gobiernos central y autonómico para cerrar el tren? Y por último, ¿por qué se opuso a que se celebrara un referéndum para conocer la opinión de la ciudadanía conquense sobre el cierre de la línea de ferrocarril?(
https://www.lasnoticiasdecuenca.es/cuenca/oposicion-aprueba-consulta-ciudadana-sobre-futuro-del-tren-propuesta-por-cuenca-nos-une-60157).
En fin, a la vista de lo expuesto se puede sostener que para el alcalde de Cuenca la participación tiene escaso valor y los compromisos con la ciudadanía son papel mojado. El proyecto de construir escaleras mecánicas arrancando árboles es una exhibición de su poderío y un desprecio a la democracia. Para contrarrestar este autoritarismo es indispensable que la ciudadanía se movilice y no se someta al dominio municipal y espeso que impone el ayuntamiento al ritmo de subvención.
Fernando Casas Mínguez