Se inauguraron las obras de restauración de la iglesia parroquial de la Purificación de Nuestra Señora en Jábaga, coincidiendo con la festividad de Santa Teresa. La inversión de 150.000 euros mejoró las fachadas y preservó elementos históricos, consolidando su valor cultural y religioso en la comunidad.
En un acto que ha coincidido con la festividad de Santa Teresa de Jesús, patrona de Jábaga, se han inaugurado y bendecido las obras de restauración de las fachadas de la iglesia parroquial de la Purificación de Nuestra Señora. El evento tuvo lugar en la fachada sur del templo, frente a la puerta de entrada, y contó con la presencia del obispo de la Diócesis de Cuenca, don José María Yanguas; el subdelegado de Defensa, Fernando Antón; el alcalde de Fuentenava de Jábaga, José Luis Chamón; y numerosos vecinos del municipio, a pesar de ser día laborable en Cuenca, donde muchos trabajan.
Las obras, que han supuesto una inversión de 150.000 euros, se centraron en el afloramiento de la piedra de las fachadas mediante la eliminación de materiales antiguos. El proyecto fue posible gracias a un convenio entre la Diputación Provincial, el Obispado y el Ayuntamiento de Fuentenava de Jábaga. Especial atención se ha prestado a la fachada norte, que alberga los restos más antiguos de la iglesia primitiva, datados en el siglo XIII, como los canecillos de piedra y una antigua puerta cegada que pudo haber sostenido una hornacina. También se han sanado y rejuntado los muros de mampostería, eliminado revestimientos de mortero de cemento inapropiados y restaurado los sillares.
La iglesia, originalmente de estilo románico, ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo de los siglos, perdiendo parte de su diseño original. En el siglo XVI, el visitador la describía como un templo de dos naves con techumbre de madera y un retablo de Oviedo. Hoy, la iglesia cuenta con una única nave, cabecera cuadrada y espadaña a los pies, donde aún se conservan vestigios de su estructura románica, como una ventana saetera.
En su interior, destaca la imagen de la Soledad, una obra del escultor valenciano Pío Mollar, que fue bendecida en 1941 y procesionada en los años 1943 y 1944. Esta valiosa escultura llegó a Jábaga en 1956, convirtiéndose en un tesoro del patrimonio religioso local.
Con la culminación de estas obras, la iglesia de la Purificación de Nuestra Señora refuerza su valor histórico y arquitectónico, consolidándose como un símbolo del patrimonio cultural y religioso de Jábaga.
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