En Beteta, mujeres se unen para bordar una sábana con nombres de víctimas de violencia de género. El "Col.lectiu per la Sororitat" busca visibilizar el problema y promover la solidaridad entre mujeres. La sábana será exhibida en eventos públicos para concienciar sobre la violencia contra las mujeres.
El pasado viernes se ha realizado un encuentro en la localidad de Beteta donde las mujeres que han querido, han participado en el bordado de una sábana con los nombres de mujeres que han sido víctimas de violencia de género durante este año, una acción con la que esta asociación pretende visibilizar la violencia de género aún existente sobre las mujeres en nuestro país.
El bordado de esta sábana es una acción que dicho “Col.lectiu per la Sororitat” ya ha desarrollado otros años en la Comunidad Valenciana y que es la primera vez que realizan en la provincia de Cuenca. Posteriormente dicha sabana será mostrada, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, en actos públicos en los que participa este colectivo tal y como por ejemplo sucedió el año pasado en Valencia el día 25 de noviembre, en los actos del día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, o también exponiendo la misma en la fachada del ayuntamiento de Albal, Catarroja etc...
La palabra sororitat (sororidad en castellano) a la que hace referencia el nombre de esta asociación hace alusión a la búsqueda de una relación de hermandad y solidaridad entre mujeres, tal y como nos cuentan sus integrantes “que entre nosotras seamos capaces de crear redes de apoyo e impulsemos los cambios sociales que sean necesarios para alcanzar realmente una igualdad de derechos” a lo que añaden “en nuestro colectivo pensamos que las mujeres debemos trabajar de una manera colectiva tanto para denunciar los abusos que aún hoy día se siguen cometiendo contra las mujeres como también para impulsar avances para lograr una sociedad más justa”.
El encuentro, que duró desde las 11:00 hasta las 13:00 horas, aprovechando la cercanía del mercadillo que se realiza los viernes en el pueblo, sirvió para que muchas mujeres se acercasen hasta la mesa donde se estaba bordando la sábana, preguntando e incluso participando en el bordado de los nombres, motivo por el que las integrantes de esta asociación no descartan volver a repetir esta acción en un futuro.
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