El Gobierno de Castilla-La Mancha ha encomendado las obras de emergencia de reparación y mejora de la carretera CM-2201 entre Masegosa y Beteta a la empresa Construcciones Gismero por 1.984.905,78 euros.
Lo ha avanzado el director general de Carreteras, David Merino, que se ha desplazado a la zona de intervención junto a la delegada provincial de Fomento, Ana Ponce.
Merino ha indicado que los trabajos, que tienen un plazo de ejecución de doce meses, consistirán en la reparación y mejora del tramo de la CM-2201 comprendido entre los puntos kilométricos 0+600 y 1+330, donde el pasado mes de diciembre se produjo un deslizamiento de la ladera que afectó a la plataforma de dicha carretera, lo que obligó a cerrar la vía al tráfico.
“Una vez analizadas las causas que han provocado este derrumbe total del tramo, como consecuencia de las intensas lluvias del pasado otoño, la solución por la que se ha optado es la reconstrucción total del mismo”, ha indicado Merino, quien ha detallado que la actuación que se va a acometer consiste en la “excavación integra del terraplén existente que ha colapsado y su reconstrucción desde los cimientos, así como la construcción de un muro de escollera, reposición de los sistema de drenajes y de todo el firme”.
Por su parte, la delegada provincial de Fomento ha recordado que este expediente “se ha tramitado como obra de emergencia”, lo que ha permitido resolver el expediente en “apenas dos meses”.
“Un tiempo récord dada la magnitud de la obra, que va a suponer una inversión de dos millones de euros por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha”, ha subrayado.
Asimismo, ha explicado que, por recomendación de los técnicos y dada la complejidad de los trabajos, las obras comenzarán “cuando las condiciones climatológicas sean más favorables”. En cualquier caso, ha remarcado que “ya están encomendadas a una empresa”.
La carretera CM-2201 entre Masegosa y Beteta tuvo que cerrarse al tráfico a finales del mes de diciembre, cuando el deslizamiento de un talud ocasión un grave hundimiento. En este momento, la Consejería de Fomento se puso a trabajar para contratar las obras de reparación como de emergencia. Inicialmente, el tráfico se desvió por el casco urbano de Beteta, sin embargo, posteriormente se estableció un itinerario alternativo y se instaló señalización específica para derivar a los vehículos, especialmente los pesados, por una carretera comarcal que bordea al pueblo y evitar molestias a los vecinos.