Son algunas de las premisas con las que se está celebrando este Día Internacional del Farmacéutico, que en Cuenca se desarrolla este lunes en la iglesia de la Merced y que abordará también otros asuntos, como la salud mental y el papel de estos profesionales en la prevención del suicidio.
La presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cuenca, Luz Moya, ha alertado sobre la docena de farmacias que han cerrado en la provincia en los últimos diez años y que en algunas localidades suponían el único profesional sanitario en muchos kilómetros a la redonda.
Ha recalcado que las farmacias de viabilidad económica comprometida necesitan ayuda para subsistir y ha asegurado que "la farmacia rural, a día de hoy, está en serio peligro", a la vez que se ha preguntado "quién se va a instalar en un pequeño núcleo urbano que no tiene ningún servicio sanitario".
Sobre salud mental, ha subrayado que "se debe dejar de estigmatizar" y facilitar el acceso a los profesionales sanitarios, sobre todo en la prevención, ya que se trata de un problema social y sanitario en el que todo el mundo debe estar implicado porque el 20% de la población tiene o va a tener algún problema de salud mental.
Por su parte, la tesorera del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, Ana Isabel López-Casero, ha recordado la importancia de las oficinas de farmacia para fijar población en pequeños pueblos.
También ha incidido, como Moya, en la necesidad de tener un mayor protagonismo en el sistema sanitario para mejorar la atención a los pacientes.
En Cuenca hay 172 farmacias y 338 colegiados, mientras que en Castilla-La Mancha son 3.000 colegiados y 1.200 farmacias.