Este lunes comienza la celebración de las fiestas de San Mateo, en las que se rememora la reconquista de la ciudad por el rey Alfonso VIII con vaquillas enmaromadas y la convivencia de más de cuarenta peñas en el casco antiguo de la capital, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En varios idiomas y en sus redes sociales, la diócesis conquense ha pedido que se respete el patrimonio para evitar daños que perjudiquen la Catedral de Cuenca y su entorno, y que deterioren la imagen de la ciudad.
“Este mensaje lo podemos decir en inglés, francés, japonés, … pero sólo está en tu mano que se respete”, indica una entrada en su perfil oficial en Facebook la Catedral de Cuenca, en la que junto al texto en varios idiomas se acompaña con fotografías con pintadas, grafitis y daños en la piedra de la fachada de la catedral de Santa María y San Julián, sede de la diócesis conquense.
“Elena y Alberto”, “Andrés” o “Aitana” son algunos de los nombres que aparecen inscritos en la fachada neogótica, con tres puertas de arco apuntado y escalinatas, y desde donde algunos corredores trepan para protegerse de las vaquillas enmaromadas.
Las fiestas de San Mateo, del 18 al 21, rememoran cada mes de septiembre la reconquista de la ciudad por el rey Alfonso VIII en 1177 en el casco antiguo, donde conviven durante cuatro días cuarenta peñas.
El pregonero de este año es Javier Benayas, expresidente de la asociación de peñas mateas de Cuenca, mientras que el cartel es obra del alfarero Rubén Navarro.
Uno de los actos de más simbolismo es la entrada del pendón del rey Alfonso VIII al concejal más joven de la Corporación, acto que tiene lugar en la tarde del día 20, y su posterior traslado al Ayuntamiento, desde donde se devuelve al día siguiente, por la mañana.