La organización, cuando diseñó el recorrido de la etapa, quiso rendir homenaje al ganador del Tour de 1973, una figura rebelde, atormentada y controvertida que dejó su selló en la carrera más importante del mundo. Las hazañas del rival más temible de Eddy Mrckx en los 70 siguen vivas para los dirigentes del Tour.
Junto a esta capilla, cerca de Caupenne D'Armagnac, donde estaba situada la finca del corredor nacido en Priego (Cuenca) el 9 de junio de 1945, pasó el pelotón de la cuarta etapa del Tour de Francia, incluso disputando un esprint intermedio.
Ocaña, siempre diferente, especial, se casó en Notre Dame D'Armagnac tras llegar a un pacto con el cura que ofició la ceremonia: que ese templo religioso se convirtiera en un museo del ciclismo, un santuario para todos los ciclistas.
El cura cumplió con el acuerdo y desde la boda del español con Josiane los ciclistas cuentan con protección divina y el ciclismo con un punto de visita obligada. Leyendas como André Darrigade, campeón mundial en 1959, tiene allí su camiseta arcoíris, acompañada de prendas simbólicas, únicas, como los maillots amarillos de Ocaña en la Vuelta y Tour, con el Bic, o el de campeón de España con el Fagor.
Lugar sin duda pintoresco, pues mientras los feligreses escuchan la misa, el decorado que observan es un alarde de la historia del ciclismo. Todo gracias a un ciclista único, quien decidió acabar con su atormentada vida un 19 de mayo de 1994.
Este santuario francés tiene dos equivalentes en España, el santuario Nuestra Señora de Dorleta, considerada patrona de los ciclistas españoles; y en Italia, la capilla Madonna del Ghisallo situada cerca del lago de Como, en la cumbre del cuello de Ghisallo (754 m).
Tras la cuarta etapa, la organización del Tour colocará un ramo de flores en recuerdo de Luis Ocaña junto al Ayuntamiento de Caupenne D'Armagnac. El sello de un campeón único.