La nueva entrega de José Ángel García oferta al lector, como quedó dicho, aunados, un poemario y una selección de aforismos. Los poemas que conforman el primero giran en torno al arte plástico como expresión creativa o se acercan al hacer o a determinados trabajos concretos de artistas como, por ejemplo, Antonio Saura, Bonifacio Alfonso, Miguel Ángel Moset o Pilar Carpio. En la segunda –dividida en once secciones– García adelgaza y esencializa su decir en busca de la síntesis de concepto y lenguaje. En ambas entregas permanece sin embargo fiel –más allá de diferencias formales que puedan apreciarse respecto a algunos de sus títulos más cercanamente precedentes– a las características habituales de su obra, tanto temáticas –el fluir del tiempo, la atención a los detalles como testimonios captores de una globalidad inaprensible en su totalidad, la persecución de la belleza, el propio proceso escritural– como expresivas con el cuidado uso de un lenguaje que pone la rica herencia de las vanguardias al servicio de una siempre presente intención comunicativa que si a veces camina por la senda de la ironía expresiva, en otras lo hace por la del más puro lirismo.