Los nutrientes de los alimentos que consumimos son muy importantes para combatir virus y bacterias en las épocas de bajas temperaturas. Es posible obtenerlos aún si no eres muy fan de las frutas y las verduras.
Los superalimentos no son otra cosa que alimentos, en general frutos secos, frutas y verduras, que tienen una gran cantidad de nutrientes y aceites beneficiosos para el organismo. Se llamaron así como una estrategia de marketing para que sean más llamativos para los consumidores y así fomentar su ingesta.
A pesar de que el objetivo del término “superalimento” tenía una finalidad beneficiosa para el público, la palabra fue prohibida en términos comerciales por la Unión Europea, por tener poco apoyo científico. Más allá de la disputa legal, médicos y nutricionistas coinciden en que es importante mantener una dieta rica en frutas y verduras ya que éstos aportan la mayor cantidad de nutrientes.
El aguacate, el arándano y los frutos secos suelen entrar en la categoría de alimentos con alto nivel nutricional. Es posible consumirlos como snack, dentro de una ensalada u obtener sus beneficios a través de batidos como los disponibles en Rawpowders.es, una tienda online de suplementos nutricionales.
La vitamina C es la reina del invierno porque ayuda a mejorar las defensas. Además, se da la coincidencia de que muchas de las frutas que más vitamina C tienen son cítricos, abundantes en el otoño. Las naranjas, los limones y las mandarinas tienen además otros minerales que ayudan a proteger el sistema digestivo.
Las verduras de hoja como las espinacas, acelgas o coles son grandes fuentes de vitaminas C, E y K, que ayudan a potenciar el sistema inmune en épocas frías. Además, tienen un alto aporte de fibra que siempre es útil para mantener una buena salud gastrointestinal.
Las legumbres también son aliadas frente al frío. Aportan vitaminas del complejo B y también vitaminas A, E y C. Finalmente las hortalizas como las zanahorias son fuertes en vitamina A, vitamina E y betacaroteno, un antioxidante bueno para el corazón.
La nutrición es un aspecto clave para el mantenimiento de la salud corporal. Si el organismo carece de los nutrientes necesarios es posible que el sistema inmune se debilite, haciendo más frecuentes los resfriados e infecciones.
Sin embargo, no es lo único a lo que hay que prestar atención. Según los médicos, la dieta balanceada debe ser acompañada por al menos media hora de ejercicio al día. Esto, sumado a actividades que fomenten el mantenimiento de la salud mental como la meditación, la terapia y el mindfulness ayudan a preservar el bienestar corporal y anímico.