Lo de vivir en una realidad paralela a lo que ocurre en los municipios conquenses ha llegado ya a unos límites de extrema gravedad. Los actuales gobernantes socialistas, sobre todo los de la Junta y Diputación, dibujan día tras día, y a medida que se acerca el próximo mes de mayo con más intensidad, un panorama idílico, una provincia de Cuenca en la que con prometer proyectos y proyectos que no llevan a cabo cumplen el expediente. Que nos cuenten y enumeren qué han hecho en todos estos años que llevan en las instituciones, más de siete Page y tres y medio Martínez Chana, por revertir el problema más grave, sin duda, por el que pasamos quienes vivimos en el mundo rural, que no es otro que el de la despoblación, consecuencia, simple y llanamente, de la falta de oportunidades laborales y del continuo deterioro de servicios básicos en los pueblos.
Mientras las promesas llenan actos institucionales, cada vez más cercanos a mítines socialistas puros y duros, a la vez que titulares en los medios informativos, lo cierto es que, entre las realidades palpables, esas que no se pueden inventar, se encuentra una irrebatible: por Cuenca ya no circula el tren. El Psoe nos ha dejado como única provincia en España sin este medio de transporte público, con el agravante de que tenía una gran oportunidad de haber invertido en la infraestructura al contar el Gobierno de España con 24.200 millones de euros para esta finalidad.
Los ciudadanos conquenses, de cualquier rincón de la provincia, son cada vez más conscientes de los despropósitos en los que nuestra tierra está sumida sobre todo en esta última etapa de gobiernos de la izquierda. Habrá quien lo exprese con más arrojo, otros que solo asientan y quien espere, callado y paciente, a su cita con las urnas, pero lo cierto es que la espiral de deterioro de Cuenca, el agravio comparativo a la que se le somete respecto a otras ciudades de España y de Castilla-La Mancha es ya para nota.
La última modalidad de ataque a los municipios, y más en concreto a los alcaldes que no militamos en las filas socialistas, es la de poner en nuestra boca frases que nunca hemos pronunciado y afirmar que actuamos teledirigidos cuando se trata de defender a nuestros pueblos. El vicepresidente de la Junta de Comunidades, Martínez Guijarro, el mismo que sí vive de un generoso sueldo público desde hace decenas de años y quien jamás ha desempeñado las funciones gratificantes, pero sacrificadas, de primer edil, podría haberlo hecho en su pueblo, San Lorenzo de la Parrilla, en vez de teledirigir, aquí sí, a un familiar, afirmaba el pasado miércoles que quienes suscribimos este artículo estamos contentos con habernos quedado sin tren. Pronunciaba estas palabras públicamente, ante periodistas, sin despeinarse ni sonrojarse. Para darle más cuerpo a la ocurrencia, se atrevía incluso a hacer una predicción, la de que acudiremos a la manifestación del próximo 27 de noviembre para defender nuestro tren, hasta aquí cierto, pero que iremos obligados por nuestro presidente provincial, Benjamín Prieto. Este último disparate no sabemos si tomárnoslo ya a risa o caer en un tremendo desconsuelo y echarnos a llorar.
Para que quede muy claro. Llevamos años defendiendo nuestro ferrocarril y lo seguiremos haciendo, consideramos una aberración y un atentado contra Cuenca y sus municipios que el Psoe lo haya cerrado y continuaremos asistiendo a todos los actos públicos que se convoquen para reclamar, con la cabeza bien alta, que nos devuelvan nuestro ferrocarril. Además, iremos, acompañados de Benjamín Prieto, quien también lleva años demostrando, con hechos, la defensa de nuestro tren, con proyectos como el Serranía en Vía, anulado por el actual presidente de la Diputación, Martínez Chana.
Quizás habría que darle la vuelta a la tortilla y analizar por qué los alcaldes y concejales socialistas de la provincia de Cuenca no acuden a las manifestaciones para que el tren vuelva a Cuenca, por qué callan, aunque piensen que sus dirigentes, los de los sueldos importantes, se están cargando la provincia y por qué muchos de ellos se avergüenzan de lo que se ha convertido el partido del puño y la rosa. Libertad y dignidad hace tiempo que desaparecieron de las filas de los socialistas conquenses.
José Ramón Ubiedo y Daniel García
Alcaldes de Víllora y de Arguisuelas