Un estudio sobre los efectos de los fármacos en la progresión de la osteonecrosis de los maxilares asociada a medicamentos, realizado por la facultativo Pilar Carbonell Asins, del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, dependiente del SESCAM, ha sido reconocido como la mejor presentación en una de las sesiones desarrolladas durante el Congreso de Cirugía Oral e Implantología celebrado en Almería, organizado por la Sociedad de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello, que reúne a todos los especialistas en esta área.
La osteonecrosis de los maxilares es una enfermedad que se desarrolla como un efecto adverso de unos medicamentos que se usan en pacientes con osteoporosis o en pacientes oncológicos que presentan metástasis óseas.
Estos medicamentos son lo que se conoce como medicamentos anti-reabsortivos y anti-angiogénicos y se utilizan para evitar pérdida de densidad ósea y para prevenir fracturas patológicas. Se suelen administrar en dosis bajas y por vía oral, aunque existen pacientes que los necesitan en dosis más altas, intravenosas, sobre todo los pacientes oncológicos con metástasis óseas.
Tras su administración a estos grupos de pacientes se ha comprobado que, aunque resultan muy adecuados para el resto de huesos del cuerpo, en dosis altas pueden provocar hasta un 10 por ciento de efectos adversos en el maxilar superior y en la mandíbula, provocando dificultad en la cicatrización de los huesos de la boca tras una extracción dental. El hueso no cicatriza bien, se inflama y se necrosa.
En la actualidad ante este tipo de enfermedad, la osteonecrosis de los maxilares asociada a los medicamentos, que se describió por primera vez en el año 2003, no existe un consenso sobre el tipo de tratamiento y el abordaje de la enfermedad en cuanto a si es mejor utilizar un tratamiento conservador o realizar intervenciones más agresivas.
Precisamente el estudio de la doctora Carbonell se centra en el uso de la vitamina E y la Pentoxifilina para el tratamiento más conservador en la aparición de esta enfermedad, tal y como empezó a utilizarse en el año 2010.
Según ha explicado la doctora Carbonell, tras el análisis de los 13 casos tratados en el Hospital Virgen de la Luz en los últimos cinco años, se ha comprobado que estos dos medicamentos en combinación ayudan a que cicatricen esas zonas de hueso que se están necrosando sin que haya que realizar una intervención quirúrgica.
Evitar cirugías
Se trata de un abordaje de la enfermedad muy positivo sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los afectados son pacientes en tratamientos paliativos, por lo que si se logran resultados se evita tener que someterles a una intervención quirúrgica.
En su estudio, Carbonell ha demostrado que en el 60 por ciento de sus casos la enfermedad no progresa, no se presentan infecciones y no aumenta la cantidad de hueso que se está perdiendo durante el primer año de tratamiento. Además, en el 10 por ciento de ese 60 por ciento de pacientes en los que la enfermedad no progresó, se expulsó el hueso destruido y las heridas cicatrizaron espontáneamente durante las primeras semanas.
Según ha explicado la facultativo, se trata de una primera opción terapéutica, sobre todo para pacientes frágiles o pacientes oncológicos, que se puede utilizar como terapia inicial para ver cómo responde el paciente antes de intervenir quirúrgicamente y ha destacado que en la actualidad no existen muchos estudios en relación al tratamiento conservador de esta enfermedad y cualquier investigación puede aportar información interesante.
“Desde el servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Virgen de la Luz estamos muy agradecidos por este reconocimiento porque no solo pone en evidencia que estamos al día con los tratamientos de enfermedades de reciente aparición, como es el caso de la osteonecrosis de los maxilares asociada a medicamentos, sino que también nos preocupamos por evaluar nuestros resultados”, ha indicado la doctora.