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Asociacionismo y profesionalización del sector resinero en Cuenca

Redacción | Jueves 15 de septiembre de 2022

La necesidad del ser humano de asociarse existe desde la historia antigua, pues se ha demostrado que la unión de personas, o entidades, que persiguen un fin común es la mejor vía para lograr sus objetivos. Por ello, esta figura existe en todos los ámbitos de la vida. En España el derecho de asociación está reconocido en el artículo 22 de la Constitución y está regulado por leyes y reales decretos posteriores.

Sin embargo, la historia del asociacionismo en el sector resinero español es bastante reciente. Se remonta a 1898 con la creación de la Unión Resinera Española, impulsada por Calixto Rodríguez, quien fuera su primer director-gerente, que aseguró que el propósito fundacional de LURE (La Unión Resinera Española) es “reunir y organizar los elementos de producción resinosa que hay en nuestro país a fin de llegar a su total explotación, consiguiendo el dominio del mercado peninsular y la concurrencia en el extranjero en condiciones ventajosas” (Memoria LUE 1902, página 11. Bibliografía: La industria resinera en Cuenca, de Antonio Berlanga).

A nivel nacional, cabe destacar la creación de la Cooperativa de Resineros de Rincón de la Vega en 1992, la más antigua en funcionamiento, y la creación en el año 2013 de la Asociación Nacional de Resineros, la asociación de trabajadores resineros más importante de España, que se dedica a la mejora laboral del colectivo, tanto técnica, como socioeconómica y formativa.

Concretamente, en la provincia de Cuenca, también en el año 2013 que se creó la Asociación de resineros de la provincia de Cuenca, cuya junta directiva fue renovada en febrero de 2020. Su actual presidente, Honorio Gallego, explica que “la anterior Junta Directiva causó baja en la asociación conforme a lo dispuesto en el artículo 7 de nuestros estatutos, que dice que la Junta Directiva puede causar baja por incumplimiento de las obligaciones que tuvieran encomendadas y por expiración del mandato y, en este caso, se produjeron ambas situaciones ya que la asociación se creó en el año 2013, pero la Junta Directiva dejó de participar en la asociación en el año 2014, aunque, no obstante, igualmente su mandato expiró en 2015”.

Según indica el presidente, los objetivos fijados por la nueva Junta directiva -y que se reflejan en los estatutos- recogen “la puesta en valor de la resinación de pinares en Cuenca; promoción y desarrollo del medio ambiente; fomento de fórmulas de desarrollo rural que generen un incremento de la calidad de vida de los habitantes de las zonas rurales y sean compatibles con la conservación de la naturaleza, protección, recuperación o gestión de espacios naturales y especies vegetales y/o animales; la realización de actividades relacionadas con los principios y objetivos de la cooperación internacional con el desarrollo; dar a conocer la importancia de la igualdad de género para la consecución de un verdadero desarrollo sostenible; promoción del diálogo intercultural, entendido este como pilar imprescindible para la consecución de un desarrollo social y sostenible; recuperar tradiciones etnográficas de la serranía de Cuenca; fomento y desarrollo de la actividad resinera responsable y útil para el desarrollo rural y utilizarlo como recurso para la lucha contra la despoblación, la herramienta de custodia del territorio en el ámbito de la serranía de Cuenca; en definitiva, todos aquellos que la Junta Directiva estime oportunos y entren en consonancia con los valores de la asociación”.

Para lograr el cumplimiento de esos objetivos, la Asociación de resineros de la provincia de Cuenca ha solicitado el asesoramiento del Grupo Operativo Resinlab, del que forma parte a través del socio del GO-Resinlab en Cuenca, Industrial Resinera Valcan. Desde el Centro de Servicios y promoción Forestal y de su industria de Castilla y León, Cesefor, como socio coordinador del Grupo Operativo Resinlab, Aída Rodríguez asegura que “como parte de los objetivos del Grupo, el impulso del asociacionismo dentro de la profesión del resinero ha sido una de las prioridades y ya se han comenzado trabajos de asesoramiento, apoyo e impulso a asociaciones de resineros en León y Soria, donde también trabaja el grupo, y del mismo modo se hará para esta asociación en Cuenca, así como las que puedan seguir solicitándolo a lo largo de la duración del GO-Resinlab”.

En concreto, esta acción está encomendada al socio del GO-Resinlab Pinaster, cooperativa de servicios medioambientales y forestales, cuya función dentro del Grupo es, según afirma el presidente de la cooperativa, Alejandro García, “detectar las necesidades y demandas de los resineros en cada territorio de actuación del Grupo Operativo para plantearles la mejor solución. Esto se ha llevado a cabo a través de encuestas que los socios del Grupo han realizado en diversas jornadas”. En el caso de Cuenca, la asociación estaba formada, aunque solicitan asesoramiento para continuar su labor así como también se ha detectado la necesidad de ofrecer una mayor oferta formativa. García añade que “es imprescindible disponer de un sector asociado y estructurado capaz de debatir sus problemas y necesidades y al mismo tiempo defender sus intereses como interlocutor ante la administración pública y el resto del sector”.

La nueva Junta Directiva de la Asociación de resineros de la provincia de Cuenca comenzó su andadura contactando con la Diputación Provincial de Cuenca para solicitar una reunión con su presidente, Álvaro Martínez Chana, con el fin de que conozca esta nueva asociación así como las necesidades del sector en la provincia y pueda poner en marcha medidas económicas que ayuden al colectivo.

De la misma manera, la asociación ha contactado con la Delegación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para solicitar cita con la delegada, Marian Martínez, con el fin de expresarle su “preocupación” por la inestabilidad en el precio de la resina y pedirle medidas “que garanticen la viabilidad del oficio resinero”.

No obstante, Honorio Gallego dice “ser conocedor” de la coyuntura de la resina “cuyos precios vienen marcados por el mercado internacional”. Como así señaló también el gerente de Industrial Resinera Valcan, Saúl Gómez, durante su intervención en la jornada ‘El sector resinero en Castilla-La Mancha. Un oficio profesional, innovador y de calidad’ celebrada en la sede de UFIL Cuenca el pasado 5 septiembre: “en los años 90, las importaciones de resina de China primero y Brasil después causaron precios enormemente competitivos que la industria española no pudo resistir” y la producción de resina en España casi desaparece. Sin embargo, “una serie de factores como el éxodo urbano a las zonas rurales causado por la crisis económica del 2008 propició que los pinares reviviesen”.

En la actualidad, “Brasil cuenta con una producción de resina de 210.000 toneladas al año, está ganando cuota de mercado a China aunque el gigante asiático sigue siendo el mayor productor a nivel mundial con 420.000 toneladas al año”, indicó el gerente de Valcan, “mientras que la producción española giran en torno a las 14.000 toneladas”. Esa producción no cubre las necesidades del mercado nacional, por lo que España necesita importar en torno a 2.500 toneladas al año.

Así pues, el presidente de la Asociación de resineros de Cuenca entiende que “desde las administraciones se pueden tomar medidas de apoyo al sector resinero que ayuden a paliar la inestabilidad en el precio de la resina, así como también puede dar trabajo a los resineros en el monte durante los tres o cuatro meses de parada entre las campañas”. Por ello, Honorio cree que “la asociación de resineros es la herramienta perfecta para trasladar estas reivindicaciones y esperamos que tengan un mayor nivel de escucha que si manifestamos nuestras necesidades de manera individual. Seguiremos trabajando por los resineros de nuestra provincia y por nuestros socios, ya que han depositado su confianza en nosotros y, por el momento, nos están haciendo saber su conformidad con esta nueva gestión”.

Profesionalización del sector

Por otro lado, Honorio Gallego ha expresado que “la profesionalización del oficio del resinero es fundamental para el futuro del sector y así lo demanda también el colectivo”. Por ese motivo, desde la asociación se quieren impulsar cursos de formación y reciclaje para todas aquellas personas que ya se dedican a la resinación, “pero también es imprescindible ofrecer una formación de calidad para las personas que quieran incorporarse por primera vez a este oficio”.

Así pues, desde la asociación y como una acción enmarcada dentro del proyecto del Grupo Operativo Resinlab, se ha logrado que se autorice una Formación Profesional Dual en modalidad B, que es formación reglada, específica sobre resinación en Cuenca, la cual se impartirá en el Ciclo Formativo de Grado Superior de Gestión Forestal y del Medio Natural (LOE) del Centro Integrado de Formación Profesional número 1 de Cuenca: “podrán participar un máximo de 14 alumnos/as, ya que contamos con 7 resineros dispuestos a participar en las prácticas en el monte, por lo que cada uno de ellos tendrá dos alumnos/as”, informa el presidente.

El jefe del departamento de Agraria del Centro Integrado número 1 de Cuenca, Jesús de Diago, afirma que “es una propuesta muy interesante que nos ha realizado la Asociación de Resineros de la provincia de Cuenca con la que se quiere potenciar el oficio de la resinación, que tan importante fue en nuestro territorio a finales del siglo pasado. Así, los alumnos/as que se interesen en esta formación tendrán este proyecto de FP Dual con una duración de dos cursos lectivos (260 horas el primer curso y 400 horas el segundo) basado en la realización de prácticas en el monte, y terminarán su formación conociendo este oficio del sector forestal, que es una salida más, y podrán resinar sus propias matas. Además, esta Formación Profesional Dual es un complemento más a su expediente académico, pues además de finalizar con el título de Ciclo formativo, les constará la FP Dual en resinación”.

Gallego asegura que “las actividades formativas que se desarrollarán por parte de la empresa serán las de seleccionado y marcado de árboles a resinar; determinar el momento adecuado para la extracción en función del estado vegetativo y la meteorología; supervisión de las operaciones de resinación, recogida, medición y desembosque de la miera y organización de los trabajos de acopio, aforado y transporte de los productos forestales, así como determinar los componentes bióticos y abióticos de un pinar de pino resinero; respetar el entorno (medio natural) donde se realiza el aprovechamiento; realizar los oportunos tratamientos silvícolas de vuelo y de suelo; reconocer los árboles susceptibles de soportar un aprovechamiento de resinación; conocer y respetar la legislación sobre la protección de los pinares donde se trabaja; reconocer y utilizar las herramientas de trabajo del resinero; cuidar y mantener en buen estado las herramientas de resinación; realizar el mantenimiento (afilado y limpieza) de las herramientas de trabajo del resinero; seguir las instrucciones del responsable de la empresa; realizar los trabajos teniendo en cuenta la prevención de riesgos laborales del trabajo; realizar las picas; interpretar las consecuencias de la realización de una pica sobre un árbol; verificar la actuación realizada sobre cada árbol; utilizar la pasta siguiendo las pautas correctas del trabajo, teniendo en cuenta los riesgos laborales de la actividad; colaborar en la realización de la remasa; realizar el aprovisionamiento de bidones de miera; realizar la “saca-desembosque” del aprovechamiento resinero; conocer la secuencia de los diferentes trabajos del resinero: limpiar el monte de los posibles residuos humanos generados”, enumera el presidente de la Asociación de Resineros de la Provincia de Cuenca.

Rodrigo Valiente, de Sotos (Cuenca), es uno de los resineros que va a participar en la formación profesional dual acogiendo a dos alumnos/as en práctica: “formar a nuevas personas en la resinación lo considero una gran responsabilidad, pero es totalmente necesario hacerlo, no se ha hecho antes y lo haremos de la mejor manera posible. Además esta acción nos da la oportunidad de mejorar nosotros también a la vez que es una buena forma de que se conozca el monte, que se trabaje y que haya más gente que pueda vivir de él. Lo veo también como una herramienta más en la lucha contra la despoblación del medio rural”.

El resinero señala que “el oficio antes era más duro, ahora se va mecanizando poco a poco y ya no es tan costoso. Sin embargo, estás solo en el monte y uno de los mayores hándicap al que nos enfrentamos es la variabilidad del precio de la resina, que depende del mercado y hasta que no empieza la campaña no sabemos a cuántos nos van a pagar el kilo. Si el precio fuera más estable, creo que más gente se animaría a entrar en este oficio”, una opinión ampliamente compartida entre sus compañeros de profesión.

Valiente resina al año 8.000 pinos y la parcela donde trabajarán los alumnos se conoce con el nombre de Lardera: “se trata de una propiedad privada donde fuera de la temporada de resinación también realizamos trabajos de desbroces”.

Aparte de la Formación Profesional Dual, Honorio Gallego señala “la demanda generalizada de todos los resineros que forman parte de la asociación de formarse en otros métodos y reciclarse. Por eso, próximamente se va a impartir en Sotos una formación en el método de resinación a rayón con amoladora o radial para resineros y resineras que ya se dediquen a esta profesión”.

A día de hoy, la provincia de Cuenca cuenta con 58 resineros y en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha son 85 resineros que producen un total 1.500 toneladas al año, pero la producción podría ser mucho mayor ya que en la región hay 85.000 hectáreas de alta capacidad resinera, por lo que la formación profesional es fundamental para el futuro del oficio resinero.

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