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Ecologistas de la Manchuela muestran su oposición a la instalación de una macrogranja en Huete y presentan alegaciones al proyecto

Imagen de archivo
Redacción | Jueves 14 de julio de 2022

ACEM ecologistas en Acción de la Manchuela ha presentado alegaciones al proyecto de una instalación de ganadería industrial para 2496 cerdos de cebo en el término municipal de Huete. Y asimismo desea hacer una denuncia pública de las prácticas poco éticas y rayando siempre la ilegalidad de las grandes integradoras y cárnicas que se encuentran siempre detrás de estos proyectos.

Prácticas que encuentran la cooperación necesaria de la junta de comunidades y de la consejería de desarrollo sostenible: la primera porque aprobó una moratoria lo bastante ambigua como para servir de coladero a proyectos dependientes de empresas poderosas como ICPOR; y la otra aprobando Estudios de impacto ambiental poco rigurosos y permitiendo irregularidades.

La última de estas prácticas que denunciamos está teniendo lugar como siempre en un entorno de pueblos con escaso número de habitantes en la Alcarria conquense, En este entorno geográfico, ICPOR, perteneciente a Incarlopsa está intentando desarrollar un proyecto que entendemos que bordea la legalidad y el fraude de ley.

Todas las pruebas demuestran por una parte que la granja de madres reproductoras en Villar del Domingo García va a tener una enorme producción de lechones que necesitan instalaciones para su engorde. Y por otra la existencia anterior de un proyecto de instalación en Portalrubio de Guadamejud para 6000 cerdos de cebo, tal y como figura en un estudio de compatibilidad urbanística emitido por la diputación que figura en uno de los expedientes actuales de Portalrubio. Este proyecto promovido por ICPOR, al encontrarse con el obstáculo de la moratoria y para sortear el trámite de la Autorización Ambiental Integrada, se convierte en tres proyectos de 2496 cerdos de cebo, es decir, cada uno con 4 animales por debajo del límite, pero que juntos suman 7488, situados en parcelas casi colindantes y a distancias que rayan el límite legal. Para dichas instalaciones cuenta con la cooperación necesaria de personajes locales que ceden agua de sus concesiones de regadío para uso ganadero.

Esta manera de negociar con un bien escaso y colectivo como el agua para especular y obtener grandes beneficios nos parece poco solidaria y poco ética, y requeriría una respuesta de denegación por parte de la Confederación Hidrográfica del Tajo, que está permitiendo sondeos en la zona como si tuviera a su disposición un bien inagotable.

El expediente presentado e iniciado en Huete además pasó a exposición pública sin que ICPOR aportara la documentación mínima exigible, pensando que el trámite pasaría desapercibido y sin oposición. Ante este hecho, ACEM requirió al consistorio de Huete una ampliación del plazo de consultas que este no contestó por encontrarse el alcalde y la secretaria de vacaciones. No parece justificable que nadie asuma las funciones en casos de urgencia como este.

Hacemos un llamamiento a los ayuntamientos de la zona para que se opongan a estos proyectos que, bajo un argumento falaz de empleo y riqueza, traerán más despoblación, contaminación y dificultades de desarrollo en su ámbito, falso como ya se ha visto en todos los lugares donde ya hay instalaciones similares.

Si esta oposición no se plasma, en unos pocos años la zona puede convertirse, por efecto llamada, en el punto de mira de las integradoras y en un triángulo de las bermudas que tragará paisaje, bienestar y futuro.

También hacemos un llamamiento a la Junta de Comunidades para que no permita estas prácticas que intentan bordear la ley y aprovechar sus fisuras para seguir desarrollando actividades poco sostenibles y contaminantes como la ganadería industrial. Queremos recordar que una pequeña aportación a estas olas de calor que nos están asfixiando proviene de los efectos de este tipo de industria-ganadería.

Siempre nos hemos opuesto y nos opondremos a una actividad cuya única razón de ser es satisfacer la necesidad de beneficios de grandes y potentes empresas y fondos de inversión, con escaso interés en el bien común, el bien animal y el desarrollo del territorio.

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