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La copa viaja a Daimiel tras un esfuerzo monumental del CB Cuenca (67-75)

(Foto: Nahuel Briscek).
Nahuel Briscek | Domingo 06 de febrero de 2022

Daimiel asalta la pista del Esperanza Calvo para consagrarse como campeón copero tras un espectacular partido junto al CB Cuenca. A los jugadores conquenses, llevados en brazos por los aficionados presentes, se les escapó la victoria en la recta final del partido tras mostrar su valentía para hacer frente a las adversidades.

Hay quien piensa que los domingos son los días más tranquilos de la semana, cuando uno puede respirar de todas las obligaciones y despejar la mente en lugares donde la paz se encuentra con facilidad. Si la opinión no se modifica tras la cita entre el CB Cuenca y Autocares Rodríguez Daimiel significa que no vivió de primera mano la emoción de la final de la Copa Comunitelia.

Con una final en juego, ambas partes eran conscientes de que cada punto podía decantar la balanza por uno u otro. Esto puede justificar la falta de puntos del inicio. Durante los primeros tres minutos de juego, hasta que Borrioni (por parte del equipo manchego) rompió la ley seca, lo único que levantó al aficionado fueron los gritos de “uy”. Las adversidades crecieron para los locales, ya que se veía superados en ataque. La capacidad defensiva de la escuadra daimieleña reinaba en su perímetro, lo que obligó a Tino Martínez a pedir su tiempo muerto con el 5-11. Influyó, pero no más que el inicio del segundo cuarto.

Al igual que en su semifinal, el CB Cuenca cambio de roles sin dejar pestañear a su rival. Durante los primeros compases de juego eran los verdes los que dominaban el balón y buscaban más allá que acercarse a su rival. Con el paso del tiempo se sintió más cómodo en la pista, mostrando una notoria mejoría, plasmada en el 31-25 del descanso.

Con la vuelta de vestuarios, el base cubano Raudelis Guerra tiró de galones para llevar a su equipo por delante en el marcador. Con su participación en el juego tanto jugadores del equipo conquense como sus aficionados se desquiciaron. Es por ello por lo que, Tino Antolínez apostó por el tiempo muerto como manera de pararle los pies al equipo de la visita. Cumpliendo con sus expectativas depositadas, al termino del tercer cuarto, el electrónico le daba la mínima ventaja (50-49), dejando todo para un desenlace de película.

El contexto era ideal para una final. La igualdad en la pista se reflejaba en el marcador, cambiando la renta favorable según quien tenía el balón. En este pulso por la lucha del campeonato fue el Autocares Rodríguez Daimiel quien sacó una mínima renta a costa de sobrepasar su bonus de falta. Una de cal y una de arena. Mas, Cuenca sacó provecho de ese hándicap y pudo revertir la situación. Sin embargo, cometió el mismo error que su rival y le entregó las facilidades para asaltar la pista conquense.

De esta forma, jugando muy bien sus cartas, Daimiel certificó en la recta final su victoria y su conquista copera. Cuando sonó el bocinazo que dictaba sentencia, el marcador se vestía de rosa con la victoria del equipo de ciudadrealeño por 67-75.

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