La hostelería conquense lamenta las imágenes que se han visto este fin de semana en varios puntos de la ciudad, siendo el del parking del Castillo el más numeroso, donde centenares de personas hacían un macrobotellón sin ningún tipo de control.
Tanto la Agrupación de Hostelería como HC Cuenca piensan que esas imágenes refuerzan las quejas de los hosteleros a las restricciones al ocio nocturno. «No es comprensible que ocurra esto mientras a las empresas de hostelería que tienen sus licencias, pagan sus correspondientes impuestos y pueden hacer cumplir las restricciones, se les obliga a cerrar» señala el técnico de Hostelería de CEOE CEPYME Cuenca, Diego López.
Desde el sector del ocio nocturno piensan que sólo la flexibilización de las restricciones horarias al ocio nocturno limitará estas situaciones. Hasta entonces ocurrirá lo que ha ocurrido durante estos meses pasados.
“Si no hay un ocio nocturno ordenado, regulado y controlado para los jóvenes, serán ellos quienes creen el suyo propio y si alguien piensa que a las doce o a la una porque cierre la hostelería la gente se va a ir a su casa no vive en el mundo real. La realidad es la que es. Es lo que hemos visto estos meses” apuntan desde el sector.
Prohibición del botellón
El Ayuntamiento de Cuenca hace casi un año publicó un decreto para prohibir esta práctica, amparándose en el artículo 11.2 de la Ordenanza reguladora de la venta, publicidad y consumo no responsable de bebidas alcohólicas.
Un decreto que a juicio del secretario de Hostelería de CEOE CEPYME Cuenca hasta el momento está dando un resultado inverso ya que “es más fácil que te sancionen por sacar bebida en plástico a la puerta del local que por hacer un botellón cientos de personas. Lo que parecía una medida positiva para el sector nos está generando más problemas que soluciones”.
Control y Sanciones
La hostelería respecto al control y a las sanciones es clara: “veremos las sanciones que ha habido estos meses cuando todo esto acabe, pero estamos convencidos que el control que ha habido en nuestros locales no ha sido parejo al que ocurría en el exterior. Se ha sido muy exigente con los locales y poco con los individuos. De hecho, cuando algún individuo incumplía las normas en un local, el perjudicado era el establecimiento”