Las calles de la capital conquense hubieran acogido este Martes Santa los Procesión del Perdón. El Martes Santo conquense nos inicia en la vida pública de Jesús, transformando el Júcar en Jordán para que sus márgenes sirvan de preludio al Evangelio: se iniciará con El Bautismo para, como todos los cortejos conquenses, concluir con una talla de la Madre que hoy todavía es Esperanza.