En imagen Sergio López
(Foto: Diego Gómez ).
Redacción | Martes 16 de marzo de 2021
El debut del conquense Sergio López en la Liga Asobal a los 15 años con el equipo de su ciudad le convirtió, por entonces, en el más joven en disputar un encuentro en esta competición. Desde esa fecha, este estudiante del Máster de Estrategia y Marketing de la Empresa de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha ido quemando etapas a una velocidad vertiginosa. Un alumno aventajado al que le resta lograr un título con su club e ir convocado con el combinado nacional.
Corría el año 2013 cuando un joven conquense de 15 años, Sergio López, hacía historia convirtiéndose, por entonces, en el jugador más joven en debutar en la Liga Asobal en la visita de su equipo (Incarlopsa Cuenca), en la primera jornada de competición, al FC Barcelona en el Palau Blaugrana.
Desde entonces, este estudiante del Máster de Estrategia y Marketing de la Empresa de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha ido superando etapas a gran velocidad. Debut profesional en 2013 con 15 años, internacional en las categorías inferiores desde 2015 y concentración en 2017 en Qatar con un combinado B de la selección nacional.
El binomio Sergio López-balonmano comenzó a fraguarse muy pronto, en los patios de su escuela. Amante de los deportes desde pequeño, una riña en el patio mientras jugaba al fútbol, y el posterior castigo de los docentes, le llevó a tomar un rumbo del que sigue siendo parte: jugador de balonmano.
Así fue el comienzo de Sergio López en una modalidad deportiva en la que ha ido creciendo de forma exponencial en los últimos años desde que debutara enfrentándose a uno de sus ídolos, Nikola Karabatic. “Ahí no era más que un joven de categorías inferiores que aprendió muchísimo sin apenas jugar”, rememora.
La situación económica por la que atravesaban todos los equipos de la Asobal en aquellos años llevó a los clubes a depender de la gente de casa. Jóvenes que debían iniciar su andadura profesional antes de comenzar sus estudios universitarios. “Cuando me tocó debutar, los canteranos teníamos que echar una mano por la falta de recursos. No sentía presión. Pasaba mucho tiempo en ‘El Sargal’ (pabellón del Incarlopsa Cuenca), pero hacía lo que me gustaba. Estaba bastante organizado”.
Este arraigo que ha contraído con el equipo de su ciudad lleva a Sergio a fijarse como horizonte emular los pasos de David Mendoza. Un jugador local que se retiró en Cuenca tras doce años en el club al no poder compaginar su trabajo con los entrenamientos. “Profesionales como Mendoza son un referente. Alguien importante en el balonmano que ha podido retirarse en su ciudad”. Sin embargo, aunque asegura que “como en casa en ningún sitio”, la idea de marcharse al extranjero siempre ha rondado en su cabeza. “Mi ilusión y mi objetivo era llegar a ser profesional y capitán del conjunto de mi ciudad. Aquí soy feliz y estoy contento, pero eso no descarta que pueda jugar fuera de España”.
Pero la realidad es que desde que iniciara su andadura profesional en el balonmano, la carrera de Sergio López siempre ha ido ligada al crecimiento de un equipo que en últimos años se ha erigido como uno de los conjuntos con más nombres del panorama nacional clasificándose para Europa hace tres años y alcanzando la fase final de la Copa del Rey. “Los resultados son el reflejo del crecimiento del club. Todos los componentes del equipo trabajamos duro para dar un paso más cada año. Ya hemos llegado a una final de Copa, algo impensable hace un tiempo”, afirma.
A su vertiginosa carrera le falta el último detalle, la guinda. Ir convocado con el combinado de Jordi Ribera. Su llamada para la concentración en Qatar en 2017 es un buen aliciente, aunque la empresa es complicada. “El equipo español rebosa calidad. Es un objetivo que todo profesional tiene, pero no escondo que es algo que veo muy lejano”.
Su dedicación al deporte siempre ha ido ligada a sus estudios universitarios. Tras terminar Administración y Dirección de Empresas, ha comenzado sus estudios en el Máster de Estrategia y Marketing de la Empresa. Y es que si algo tiene claro es que a pesar de disfrutar con el balonmano no puede dejar de lado su formación académica. “A los jóvenes de la cantera intento explicarles cómo funciona todo. Entiendo que se centren en el balonmano, pero siempre hay que tener una base de estudios detrás”.
Consciente de ello, Sergio López plantea su futuro a medio-largo plazo sin olvidar que esta profesión, jugador de balonmano, es complicada alargarla más allá de los 35 años. “Nadie sabe qué te puede pasar o el día que tu carrera llega a su fin. A cierta edad esto se acaba. Quería orientar mi futuro orientado a la empresa, y este Máster de la UCLM y la disponibilidad y la ayudad de sus docentes me ofrecen esa oportunidad”.
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