Otro 24 de Enero no podemos dejar de recordar a nuestros compañeros del despacho de abogados laboralistas de CCOO y del Partido Comunista de España (PCE) del número 55 de la madrileña calle de Atocha: Javier Sauquillo, Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Serafín Holgado y el sindicalista, conquense de Casasimarro, Ángel Rodríguez Leal. Para las gentes de las Comisiones Obreras es una obligación moral y un ejercicio de orgullo y memoria, además de un acto de reivindicación por un futuro verdaderamente libre, democrático y asentado en derechos laborales y sociales.
44 años después, tenemos que recordar ese fatídico mes de Enero, en el que no sólo asesinaron a estos compañeros, sino que otros militantes de CCOO y activistas fueron víctimas de la violencia fascista y de la actuación desmedida de las fuerzas policiales, en un contexto de movilizaciones continuas y constantes para exigir Democracia y Libertad.
Los despachos de abogados laboralistas, formado en su gran mayoría por hombres y mujeres pertenecientes al PCE y a las CCOO, todavía ilegales, eran lugar de acogida y defensa de los trabajadores, espacio de encuentro de personas comprometidas con su tiempo y lugar de asesoramiento legal para las reivindicaciones laborales, vecinales y sociales, que fueron las protagonistas de esa “transición” de la dictadura franquista a un nuevo periodo democrático de la España contemporánea.
Unas acciones de apoyo y asesoramiento, junto a la organización del movimiento obrero, empezaron hacer grande a las Comisiones Obreras que desde entonces se ha conformado como elemento base para la defensa de los intereses generales de la clase trabajadora, la de entones y la de ahora. Esos abogados y sindicalistas estarían ahora, como han estado y seguimos estando, atendiendo a trabajadores despedidos, presentando reclamaciones por las cantidades que las empresas no pagan incumpliendo los convenios colectivos vigentes, preparando demandas para que los juzgados anulen decisiones empresariales injustas y que vulneran los derechos fundamentales, organizando y convocando movilizaciones contra cierres de empresa, en defensa de servicios públicos de calidad, asesorando la negociación de convenios y acuerdos para mejora y recuperación de derechos laborales, sociales y laborales, y más y más. En definitiva lo que siempre han sido, son y serán las Comisiones Obreras: una organización de clase de carácter sociopolítico.
Un aniversario, que se celebra con la misma fuerza de siempre, pero “desde el silencio” de no poder llevar a cabo todos los actos previstos por los condicionantes de la pandemia del covid-19, que ha tenido en primera línea a los trabajadoras y trabajadores de servicios esenciales: personal sanitario y socio sanitarios (incluyendo a personal limpieza y mantenimiento, y por supuesto a conductores y técnicos de ambulancias), auxiliares de ayuda a domicilio y viviendas de mayores; transportistas, trabajadores de limpieza viaria y residuos, policías y guardias civiles, trabajadores de administraciones públicas, sector agroalimentario, etc., a los que se ha concedido el premio anual de la Fundación “Abogados de Atocha”.
Y un año, 2021, que se celebra el 100 aniversario del Partido Comunista de España (PCE), que fue la organización política que defendió hasta el final la 2ª República Española, fue la vanguardia de la lucha contra la dictadura franquista y protagonizó las movilizaciones para volver a un sistema democrático y más libre. Es por ello, que el franquismo y sus herederos, intentaron evitar ese gran paso hacia la libertad, y lo hicieron derramando la sangre de nuestros compañeros en Atocha y en otros hechos violentos.
Por eso, no olvidamos, y seguimos recordando a los “cinco de Atocha” y a todos los compañeros y compañeras que generosamente se esforzaron en organizar el movimiento obrero. Y en estos difíciles momentos con una extrema derecha envalentonada, y una derecha extrema, que ha salido de sus “armarios” y a la que solo le falta recuperar las “camisas azules”, como las que vestían los asesinos de nuestros compañeros, es más importante mantener la lucha y tomar partido contra el fascismo, en todas sus vertientes y caras.
Y como cantaba Victor Manuel en homenaje a Marcelino Camacho: “Hay que apretar el puño y caminar, hay que juntar la fuerza y caminar”.
Angel Luis Castellano Bobillo
Secretario Acción Sindical FSC CCOO-Cuenca